TRES CORRIENTES DE LA CIENCIA FICCION (I)
LA CIENCIA FICCION DURA
Por Francisco Peña.
Dentro del género literario de la Ciencia Ficción (Science Fiction = SF) se distinguen, a grosso modo, tres corrientes estilísticas y de contenido principales. La Ciencia Ficción Dura (Hard Science Fiction), la Nueva Ola (New Wave) y la corriente Cyberpunk.
1. La Ciencia Ficcion Dura (Hard SF) tiene como características principales el basarse en las ciencias consideradas “duras” o exactas (física, química, matemáticas, biología, astronomía, electrónica y toda la gama de sus aplicaciones en ingeniería, etc), mostrar un escenario espacial dominado por estas ciencias (Tierra, sistema solar, Vía Láctea y el universo), y presentarlo con un enfoque lógico estricto.
Generalmente sus historias se basan en extrapolaciones derivadas de la ciencia, y sus consecuencias individuales, sociales, politicas, y cósmicas. Se le reconoce una Edad de Oro cuando dominaba el género por completo, edad que estuvo bajo el cuidado y guía de John W. Campbell, el mítico editor de la revista pulp “Astounding”. Campbell se inició como escritor de SF con una buena formación profesional y científica. Se convirtió en editor de la revista en 1937 y permaneció en el puesto hasta su muerte en 1971.
Su sello editorial fue determinante en el desarrollo de la Ciencia Ficción como género y dio preferencia a la concepción dura del mismo. Bajo su guía cobijó la formación literaria de varios de los escritores más famosos de SF y de esta corriente como Asimov, Heinlein, Sturgeon, Pohl y Simak, entre otros.
Campbell empujó a estos escritores a pensar más en lo que querían decir y a precisar sus temas, los presionó para que usaran la lógica y la inteligencia en forma adecuada. No permitía ignorar o romper con los principios científicos reconocidos y buscó impulsar a sus escritores a dar explicaciones naturales a los problemas que presentaban en sus narraciones. Esto no significaba “dar clases de ciencia” a los lectores, sino tener respeto por el método científico en el momento de usarlo como mecanismo narrativo de extrapolación.
Un elemento positivo que aportó Campbell y que ha continuado vivo gracias a los escritores a los que dio voz es la fé en la ciencia. Por ejemplo, en la década de los 40 estos escritores y su editor siempre propusieron que el viaje espacial sería una realidad, cómo lo es en la actualidad. Pero, en su momento, esta idea fue recibida con escepticismo, ignorancia o burla. En ese sentido, los lectores de esa época formaron una minoría privilegiada que siempre creyó que la ciencia llevaría al hombre al espacio. Esta fé fue recompensada en la realidad desde 1957 con el lanzamiento del Sputnik, la llegada del hombre a la Luna (1968), las investigaciones robóticas y satelitales en Marte, las sondas que han recorrido el Sistema Solar y telescopios como el Hubble.
Otro de los temas impulsados fue la energía atómica y sus aplicaciones, que remató con la realidad de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima en 1945. Algunas de las aplicaciones de esta energía fueron previstas por la corriente Dura pero no todos sus devastadores resultados. De allí que las consecuencias de la energía atómica fueran un tema favorito de la SF y de esta corriente dentro de la década de los 50.
Esta mezcla de fé positiva en la ciencia junto con el pesimismo de sus posibles consecuencias por una mala aplicación, el uso de las ciencias exactas como base, la lógica y la inteligencia como cimientos de la extrapolación literaria, son los sellos de esta corriente.
Sin embargo, en el plano literario, tuvo ciertas carencias como contraparte a sus elecciones temáticas. Se dio la preeminencia de la acción por encima de los personajes, lo que llevó a que la dimensión humana y psicológica de los personajes pasara a segundo término o no se tomara en cuenta.
Como consecuencia, la presencia de personajes femeninos dentro de las tramas rayaba en una presencia decorativa o en una ausencia total. Esto llevo a que la Ciencia Ficción Dura, en su inicio y parte de su desarrollo, ignorara la problemática femenina, no se diga feminista. La mujer solía ser la recompensa del héroe, y si la dimensión humana de los hombres estaba desdibujada, la de las mujeres era inexistente.
Aparejada a esta situación, el sexo como subtema simplemente brillaba por su ausencia. Lo que aparecía era una relación heterosexual esquemática donde el hombre era la única figura activa. Cualquier otro tipo de relación era tabú.
Sin embargo, por la influencia de la segunda corriente de la SF, la Nueva Ola, la preocupación por el estilo, la psicología de personajes, la presencia femenina y el sexo con variantes, irrumpieron en la Ciencia Ficción como género desde finales de los 60. La corriente Dura sufrió el impacto y comenzó a incorporar estas preocupaciones desde los años 70.
Ya para los 90, los escritores de esta corriente Dura, la más tradicionalista, han incorporado estas temáticas. Asimismo, han procurado absorber técnicas de la novela moderna en cuanto a estilo, narración, escritura y profundidad de los personajes. Esto ha enriquecido considerablemente al género de la Ciencia Ficción y a su corriente dura.
Cierta crítica literaria y universitaria aún acusa a la Ciencia Ficción y a los Duros de no tener riqueza literaria, de carecer de personajes complejos y humanos, de ignorar a las mujeres y de no presentar relaciones sexuales dentro de su ámbito narrativo. Sin embargo, a partir de los años 70, las obras del género desmienten esta aseveración. Ya se publican noveles de Ciencia Ficción Dura donde el perfil de los personajes y sus interrelaciones es más complejo, incluidos los femeninos. Además, el sexo en todas sus variantes ya tiene presencia. Los personajes femeninos y el feminismo tuvieron un incremento con la llegada de escritoras que tomaron al género como forma preferida de expresión.
Entre quienes ejemplifican la renovación de la corriente Dura, que manejan esos elementos de manera madura y con una preocupación estilística están Nancy Kress, Brian Aldiss, Sir Arthur C. Clarke, Greg Bear, Joe Haldeman, Alice Sheldon (James Triptee Jr.), Larry Niven y Orson Scott Card.
En la actualidad, la corriente Dura de la Ciencia Ficción está viva y goza de buena salud. En la imagen popular, sus características se adjudican a todo el género, pero esa imagen es erronea ya que las otras dos corrientes -Nueva Ola y Cyberpunk- tienen un peso importante dentro del género.
A continuación, se presenta una lista pequeña de autores que comúnmente se consideran “duros”, pero que en los últimos años han mostrado una mayor versatilidad como para modificar la corriente misma. Asimismo, se mencionan algunas obras que también pueden ser representativas de la producción de esta corriente.
AUTORES
Asimov, Isaac
Brackett, Leigh
Card, Orson Scott
Clarke, Arthur C.
Crichton, Michael
Del Rey, Lester
Dickson, Gordon
Pohl, Frederik
Heinlein, Robert
Simak, Clifford D.
Kuttner, Henry
Niven, Larry
Pournelle, Jerry
Smith, Cordwainer
OBRAS
El Mundo Anillo - Larry Niven - Ediciones Martínez Roca
Los Propios Dioses - Isaac Asimov
El Juego de Ender - Orson Scott Card
2001: Odisea del Espacio - Arthur C. Clarke
Cita con Rama - Arthur C. Clarke; Rama II, El Jardín de Rama y Rama Revelado, junto con Gentry Lee.
El Fin de la Infancia - Arthur C. Clarke - Minotauro / Hermes
Nervios - Lester del Rey - Ediciones Martínez Roca
Ciudad - Clifford D. Simak - Minotauro
Estación de Tránsito - Clifford D. Simak
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Estas Notas se publicaron originalmente en la sección de Arte y Cultura de To2.com. No formaron parte del corpus de Cine Visiones. Vuelven a ver la luz online aquí, en Film Paradigma.