Francisco Peña.
Para Javier Rivera Muedra.
El mundo es en blanco y negro, con el sonido bajo. Así percibe lo el chico de la motocicleta, “Motorcycle Boy” para los cuates. Así lo perciben también quienes adoran La Ley de la Calle (Coppola, 1983), película sin medias tintas: la veneras o la odias.
Luego de muchos años está tan viva y fuerte como los peces peleadores tailandeses que aparecen en pantalla, únicos con color (azul y rojo) en un universo de grises. Este pez, que no tolera en la misma pecera a otro de su misma especie y género (aunque sea su imagen en un espejo) sin que uno de ellos muera, es aquí metáfora del individuo que no soporta el medio gris que lo rodea y busca sentirse en libertad. “Mira a los peces. Pertenecen al río. Creo que no se pelearían… si tuvieran espacio para vivir. Alguien debería devolverlos al río”, dice el chico de la moto mientras sonríe.
Coppola y sus colaboradores crearon un clásico del cine de los 80 cuya visión definió a muchos espectadores. La historia, basada en la obra homónima de la escritora Susan Eloise Hinton (1950) y coautora del guión, narra el encuentro de dos hermanos en un medio urbano donde las pandillas juveniles reinan. Rusty James (Matt Dillon), el menor, insatisfecho con su vida, idolatra al mayor: el famoso “chico de la moto” (Mickey Rourke). El reencuentro de ambos produce –y resuelve- varios cuestionamientos existenciales frente al espectador.
El fondo filosófico está empaquetado en una cinta barroca donde destaca la cinefotografía de Stephen Burum, esencial para la bella y opresiva atmósfera del filme. A ésta se suman dos elementos de culto: la actuación de Mickey Rourke y la música del ex Police Stewart Copeland. Después de La Ley de la Calle, Rourke fue icono de los 80 con 9 semanas y media (viendo el famoso streap tease de Kim Basinger), Corazón diabólico y Mariposa de bar. Después de una “década bache” resurgió con Sin City. Rumble Fish fue la primera banda sonora para cine de Copeland (mientras también se recuerda El Ecualizador para televisión). Con el sello de la casa vía tambores se electrizan varias escenas: la cinta no sería tan impactante y memorable sin esta música ochentera por excelencia.
Dos fotogramas icónicos, de culto, de La Ley de la Calle / Rumblefish (1983).
Coppola y la actriz Diane Lane.