07 enero 2016

Jamie Lee Curtis: diva del terror y la carcajada

Esta hija de tigre pintita, ha demostrado su versatilidad al crear personajes de culto en el cine de terror y de comedia con una pizca de sex appeal.

Francisco Peña.


“En algunos círculos, mi ensalada César es más famosa que mi cuerpo”, dijo alguna vez Jaime Lee Curtis. Debió ser un círculo muy restringido porque los cinéfilos de los 70 y 80 tienen las retinas quemadas por su deslumbrante cuerpo escultural (88C, 55, 88) de piernas largas y torneadas, cintura delgada y senos generosos, con un tono muscular firme sin traza de grasa. Su rostro, de líneas rectas, es de una mujer con carácter.


Nacida en Los Ángeles, California el 22 de noviembre de 1978, comenzó en televisión y no en el cine a pesar de ser hija de dos estrellas: Tony Curtis y Janet Leigh (la rubia de Psicosis). Columbo, Dr. Quincy y Los Angeles de Charlie la vieron dar sus primeros pasos. Su debut fue en el cine de terror slasher en la cinta de culto Halloween (Carpenter, 1978) como Laurie Strode, única sobreviviente de los ataques filosos de Michael Myers. A diferencia de Janet Leigh con la clásica Psicosis (Hitchcock, 1960), Jamie si volvió a la saga terrorífica en Halloween II (1981), Halloween H20: veinte años después (1998, donde compartió la pantalla con su madre) y Halloween Resurrection (Rosenthal, 2002) Pero en un programa de TV declaró que “las cintas de terror me asustan y prefiero no verlas”. A pesar de ser “reina del terror” de los 80 abandonó el género.


Como buena hija de tigre, pintita, pasó a la comedia donde su padre era un mito y floreció. Abrió con la excelente De mendigo a millonario (Trading places, Landis, 1983) acompañada de Dan Aykroyd y Eddie Murphy. Allí es Ofelia, la puchacha de corazón de oro que recoge literalmente al exmillonario Louis Winthorpe III de la calle. En la cinta exuda primero una sexualidad “vulgar” jugando con estereotipo de la prostituta, a la cual añade un sex appeal natural propio. Colabora jocosamente en la destrucción financiera de dos especuladores de la bolsa, sueño hoy vigente entre los cinéfilos contra los ganones de la actual depresión global.


Su deliciosa participación en la cinta de culto Los enredos de Wanda (A fish called Wanda, Charles Crichton, 1988) le consiguió nominaciones como mejor actriz en el Globo de Oro y los BAFTA británicos. Rodeada de actores de primera como Kevin Kline y John Cleese, con un toque Monthy Python en el guión, Jamie brilla al mostrar su rango en tono cómico que va desde una tímida académica que toma la iniciativa para seducir a John Cleese hasta una mujer erótica que se “prende” al oir hablar en italiano o ruso a sus amantes. Es célebre la escena del montaje alterno entre el “camazo” picaresco de Kline/Curtis frente al aburrimiento de la pareja inglesa Cleese/Maria Aitken: de lo mejor de Jamie.


A los 36 años, en Mentiras verdaderas (True lies, James Cameron, 1994) mostró un cuerpazo y un baile sensual que hoy envidia cualquier teibolera profesional. “Pensé que mientras mi cuerpo fuera erguido y firme, ¿por qué no mostrarlo una o dos veces”, comentó en alguna ocasión.


Con el paso del tiempo, Jamie buscó los papeles cómicos de mujer madura. De sus cintas recientes destacan dos. Un viernes de locos (Freaky Friday, Mark Waters, 2003) la convierte en madre de Lindsay Lohan (que podría ser buena actriz si dejara de perseguir DJs un poco). La cinta, que no da más por su guión, muestra a Jamie en plenitud de facultades manejando el estereotipo de una madre que luego es “poseída” por la adolescencia de su hija. Ella (y Lohan también) hace verosímil una historia jalada de los pelos.

Una navidad de locos (Christmas with the Kranks, Joe Roth, 2004) es una comedia más atractiva por el guión de Chris Columbus y John Grisham. Su esposo (Tim Allen) se niega a celebrar la Navidad y su paranoia, al ser acosada por los vecinos navideños, es muy divertida, al igual que su persecución de un jamón enlatado en un súper y la calle entre otras escenas.


´Hoy trabaja poco y prefiere dedicar sus esfuerzos a la Fundación para Niños Afectado de Sida y otras causas filantrópicas. Sin embargo, esperamos ver pronto a Jamie en una buena comedia que nos instale a todos en la sonrisa y la plena carcajada.