26 noviembre 2016

Arrival / La Llegada, de Denis Villeneuve

Francisco Peña.


Para Angélica Ponce, que me dio la fuerza para volver a escribir a pesar de las dolencias; porque me abrió la puerta para toda la Veta Emocional que aquí se desarrolla. Los aciertos en el tema son suyos, las imprecisiones mías.

Para Patricia Farías, Pablo Oddone y David Guzmán, compañeros en la nave espacial virtual que recorre el universo de la Ciencia Ficción.


La Llegada / Arrival es una extraordinaria película, como film y como cinta de Ciencia Ficción.

Su factura fílmica es excelente y todos sus elementos embonan para que el público común tome contacto con el mejor cine de Ciencia Ficción de Ideas. Para la audiencia en general es una puerta atractiva que se abre a otros mundos de imaginación; para el cinéfilo que gusta del género es un doble placer: excelente factura e ideas brillantes. Una película emocional que deja para pensar.

La Llegada / Arrival consigue estos logros mediante dos vías: la veta de ciencia dura y la veta emocional humana, barajadas en un extraordinario guión cuya historia equilibra elementos de ambas vetas. Así, el público general toma la vía emocional y el especializado la del reto científico. Ambas son vasos comunicantes que se enriquecen mutuamente.



1. Veta de Ciencia Dura.
Esta película se une al selecto grupo de filmes de Ciencia Ficción (CF) realizados en lo que va del siglo XXI y los antecedentes en donde la ciencia ocupa un lugar importante, donde las ideas tienen la misma o mayor jerarquía que la acción pura y simple. No, no son filmes de monstruos extraterrestres, ni de acción continua, ni tampoco Sci-Fi (incluso la muy respetable de Star Wars y Star Trek) o de terror/horror disfrazado de ETs (saga Alien). Esta corriente minoritaria de cine se hermana con lo mejor de la Ciencia Ficción escrita con preocupaciones y planteamientos transcendentales sobre el ser humano como individuo, sociedad y especie.

Su parteaguas histórico es, claro, 2001: Odisea del Espacio (Kubrick, Arthur C. Clarke, 1968). Desde su estreno muy pocas películas han conseguido entrar al selecto grupo que acompaña a esta pionera en la Ciencia Ficción cinematográfica para alcanzar alturas estéticas, narrativas y cinematográficas poco frecuentes. En una lista rápida, en el Olimpo que aún preside 2001 reinan en inteligencia y arte unas cuantas compañeras suyas:


2010: el año que hacemos contacto (Hyams, Arthur C. Clarke, 1984). Digna hermana de 2001.
Blade Runner (Ridley Scott, 1982). Representante de la CF sucia y clásico de culto polémico.
Close Encounters of the Third Kind (Spielberg, 1977). Con su cierre deslumbrante.
Contact (Zemeckis, 1997). Inspirada en la novela de Carl Sagan.
Minority Report (Spielberg, 2002). La importancia de la mente humana.
Sunshine (Danny Boyle, 2007). Primera cinta de CF con el Sol como “protagonista”.
Interestelar (Chistopher Nolan, 2014). Primera que asimila la herencia de 2001 y la usa como impulso.
Mad Max: furia en el camino (George Miller, 2015). Un apocalipsis más creíble.
Arrival (Villeneuve, 2016). La lingüistica como eje y el equilibrio con las emociones.


2010: el año que hacemos contacto es la digna hermana de 2001 y continua su narrativa de la mano de Arthur C. Clarke. Todas las otras, menos las tres últimas, abrevan en tramas y subgéneros diferentes de la Ciencia Ficción Escrita y esquivan 2001 porque su presencia aún era muy fuerte. Pero las tres últimas -es especial Interestelar- aceptan el legado del film de Kubrick, lo asimilan y, por fin, lo trascienden hacia nuevas fronteras.


1.1. Arrival.
Toma de 2001 la influencia de un orden estético para la parte humana y uno diferente para la extraterrestre. Esta influencia no sólo está aceptada sino retrabajada para crear nuevos ambientes y derroteros narrativos.

De Arthur C. Clarke (novela El fin de la infancia) varias cintas toman la aparición de muchas naves en distintos puntos del planeta (Día de la Independencia, por ejemplo) y Arrival / La Llegada ya forma parte de esta tradición. Pero a partir de esta presencia no se desencadenan guerras y agresiones contra los recién llegados como en otras películas sino una presencia pasiva a la que los humanos reaccionan mostrando su propia inestabilidad (caos social, saqueos, miedo).

Pero a partir de este punto inicial, Arrival / La Llegada nos entrega sus innovaciones fílmicas.


1.1.1. Lingüística.
Donde Arrival innova frente a las demás películas es que coloca al centro, como eje narrativo, la necesidad de comunicarse con los extraterrestres como primer reto y paso esencial. Por lo tanto, en lugar de física, química o matemáticas, la ciencia que predomina en la trama narrativa es la lingüística. Ciencia poco divulgada pero de tremenda influencia intelectual (por ejemplo, el estructuralismo, el análisis narratológico) aparece por primera vez en pantalla como eje.

Históricamente aparece poco en la CF escrita y cinematográfica. En cine tiene un lugar importante pero no central en Close Encounters of the Third Kind (CE3K). El problema de la comunicación es resuelto con música y colores hasta que se entabla el diálogo. Dato curioso: quién logra tender el puente no es un científico estadounidense sino francés (actuado por el conocido director Francois Truffaut.

Truffaut. Encuentros cercanos del tercer tipo.

En la historia de la CF cinematográfica, en los productos de serie B o Sci-Fi los extraterrestres ya sabían inglés como lengua común. El primer contacto ni siquiera se planteaba como un problema inmediato y primario de información: establecer códigos comunes primero para entender después. “Take me to your leader” era frase común y nadie se cuestionaba cómo demonios los ETs nos entendían y viceversa. En cintas posteriores más avanzadas, lo que se transmite es por vía matemática: se considera que las constantes físico-matemáticas del universo son el primer terreno común para establecer comunicación con alienígenas.

En la CF escrita están ejemplos de lenguajes importantes en la trama narrativa como la novela Empotrados (Ian Watson), novela corta como La persistencia de la visión (John Varley), la novela Alien Tongue (Stephen Leigh) y todo el intercambio entre especies extraterrestres de la saga de Rama (Arthur C. Clarke y Gentry Lee) entre otras. Pero, en la mayoría de los casos de la buena CF escrita, la lingüística y los lenguajes tienen un momento relevante e incluso decisivo en la historia pero no tiene la dominancia.


Pero el lenguaje común tal y como lo conocemos en la Tierra también puede ser una constante universal. En ese sentido, en Arrival / La Llegada, la Dra Louise Banks (protagonizada por Amy Adams) tiene razón al defender el hecho de que, para responder a la pregunta de ¿Cuál es su propósito en la Tierra? hay que establecer primero un código común y tratar de evitar al máximo las equivocaciones semánticas. De pronto, la gramática, la semántica y la sintaxis son protagonistas principales. Las ecuaciones de tercer grado vienen después.

En ese sentido, Arrival / La Llegada parte de una premisa lingüística de la Teoría de Sapir – Whorf: la idea de que el lenguaje que hablamos genera ciertas modificaciones en nuestro cerebro y, por lo tanto, incide en nuestra percepción del mundo. Hay consenso en que el lenguaje -o lenguajes- pueden modificar nuestro conocimiento y la forma en que vemos el entorno. Pero la película va más allá y extrapola a partir de este punto: el lenguaje puede alterar nuestra percepción del tiempo al grado de “experimentar” el futuro al igual que lo hacemos con el presente y el pasado.

Es decir, la cinta extrapola la posibilidad de que el lenguaje extraterrestre que se muestra en la historia sea la llave que abre una percepción/vivencia de la Cuarta Dimensíón desde la Tercera en que vivimos.


1.1.2. El lenguaje extraterrestre
Las características de este lenguaje se descubren conforme avanza la película y Louise Banks encuentra las claves de una nueva Piedra Rosetta, sólo que en vivo, en diálogos cortos e inseguros.

Uno de los grandes aciertos del diseño de la producción de La Llegada / Arrival es este lenguaje en sí mismo. La información en la red detalla que se buscó algo que no tuviera relación con lenguajes humanos y, aunque cualquier invención en un guión la tiene porque la producen humanos, se llegó a un resultado deslumbrante, lo más apartado posible de las lenguas que existen ahora.


Por principio de cuentas, se rompió la secuencialidad en el tiempo del lenguaje y los signos que se suceden unos a otros para pasar de fonemas a morfemas, de frase a oraciones, a secuencias más complejas. Pero sea que se lean de derecha a izquierda (como el árabe) o de derecha a izquierda (la mayoría de las lenguas romances entre las que se encuentra el español y su hermosa Ñ), o se basen en ideogramas como el chino y el japonés, que terminan en secuencialidad dibujada cuando se imprimen, en primera instancia el lenguaje “extraterrestre” aparece ante el público como algo incomprensible, novedoso, pero que no se entiende.

El lenguaje se forma como un chorro de tinta arrojada por un pulpo, que en lugar de diluirse en el agua toma forma hasta generar círculo o formas circulares nítidas, en foco. Pero se les ve con un solo y único golpe de vista, de ojo, por parte del público, de la Dra, Banks y de todos los personajes de la cinta. Es completamente “ajeno” a lo que conocemos, la secuencialidad en el tiempo substituida por un instante fijo en el tiempo donde se adquiere de golpe todo el significado complejo.



No se trata del lenguaje secuencial musical y de colores de CE3K, o viejos lenguajes humanos en desuso reutilizados (Morse en la extraordinaria Interestelar, que parece que hablan “extraterrestres ante Murphy). Es, para la historia de la Ciencia Ficción cinematográfica una innovación clara y evidente. En ese sentido, Arrival / La Llegada tiene aquí dos innovaciones históricas relevantes.

Sin embargo, este lenguaje no es fruto del azar en el guión, aunque si es un insight creativo en el diseño de la producción. Este lenguaje, al ser visual de un solo golpe de comprensión -que, ojo, no es intuición-, encaja perfectamente en los fines de la trama de la película.

Este lenguaje extraterrestre, considerado por unos “arma” y por otros “regalo” (la ambigüedad viene de la parte humana, no de la extraterrestre), es el que permite que sus usuarios, sus hablantes, sus emisores y receptores, puedan tener una nueva visión/percepción del tiempo.


1.1.3. El espacio y el tiempo: el mensaje de armonía existencial
La riqueza de este lenguaje y el efecto que produce (con la extrapolación del cambio cerebral) conlleva que el tiempo ya no se perciba como una secuencia de segundo a segundo. Al captarse en un instante también se expande a la contemplación de la vida de cada uno de sus usuarios, del nacimiento a la muerte. Por lo tanto, el espacio/tiempo se contempla en un solo conjunto.


De ahí que, desde la Tercera Dimensión en donde ocurre la película, este lenguaje “arma/regalo” plantee una visión que emula la Cuarta Dimensión, sin serla. Queda claro en la visión de la Dra. Louise Banks de todos los acontecimientos de su vida hasta la resolución de lo que le acontece a su hija Hannah. Sin embargo, en la conversación con los extraterrestres en la neblina blanca, se intuye que cuando todos los individuos lo manejan, esta visión que emula la cuarta Dimensión puede extenderse a toda la especie. De allí que se hable de que requieren la ayuda de la humanidad tres mil años después.

Pero el lenguaje emula la cuarta Dimensión, no es la Cuarta Dimensión misma. A diferencia de Interestelar, donde hay una extraordinaria secuencia donde se está dentro de muchas dimensiones de un acontecimiento, Arrival es más humilde y accesible. Seguimos en la Tercera Dimensión con atisbos de la Cuarta, por lo tanto, si hay intervenciones sobre el espacio-tiempo que se desprenden del uso del lenguaje, entre otras:


- La llegada misma de las naves extraterrestres.
- La comprensión de los códigos del lenguaje en flashforwards/flashbacks de la Dra. Banks.
- La conversación con el líder chino (vemos el final y luego el principio del acontecimiento).
- La afirmación extraterrestre de la ayuda humana en tres mil años, por lo que toman contacto antes del acontecimiento mismo.
- El conocimiento del Tiempo por el que los extraterrestres tienen la resolución moral/ética de no atacar pero sí defenderse.


Este concepto de emulación e intervención en el espacio/tiempo abre la puerta al libre albedrío y libertad, aunque después se “congela” en la visión de Cuarta Dimensión. La película no da más información y plantea lo que ocurre. Queda al público la labor de pensar y llegar a su propia conclusión.

De allí que la estructura del guión esté armada desde un punto del presente que abre y cierra la película: la reflexión de la Dra. Banks que tiene un diálogo imaginario con su hija. El resto de la cinta es un largo flashback con saltos al futuro o flashforwards al futuro inmediato diegético. Esta compleja estructura del tiempo interno de la película también reconstruye y emula una visión de la cinta desde la Cuarta Dimensión como la que propone el lenguaje mismo, y que comparte con su público en lo que es la experiencia racional y emocional más fuerte de Arrival / La Llegada.

Por casi dos horas, la audiencia tiene una “percepción”, desde la Cuarta Dimensión, de la historia/vida de los personajes principales. Un logro extraordinario para una cinta de Ciencia Ficción, aunque haya quienes critiquen al género o no lo comprendan desde hace décadas.

2010: el año que hacemos contacto, de Peter Hyams.

Otro logro de Arrival / La Llegada es que logra armonizar razón y emoción como pocas cintas, y que puede ser una característica de la verdadera Ciencia Ficción fílmica (no el género de terror/horror disfrazado con naves y trajes espaciales como la saga Alien). Casi siempre se dice que la Razón es la “Loca de la Casa” y se subvalora frente a las emociones humanas, en especial las más exaltadas. Este concepto, que nace de la decadencia del Romanticismo que desprecia a la Razón para exaltar las emociones hasta el autocanibalismo, omite que la Razón nace y vive en un manicomio: rodeada de muchas emociones que -descontroladas- enloquecen: son ellas y sus epígonos en las Artes quiénes la tildan de Loca y, con injusta frecuencia, lo olvidamos en la vida diaria.

Por eso, es un gran mérito de Arrival (y sus compañeras 2001, 2010, Interestelar, etc,) que muestre la Armonía que puede existir entre ambas cuando no están sujetas a extremos radicales.

Este punto también podría extrapolarse en la veta emocional, cuando se ve la relación entre Louise Banks y Ian Donnelly (Martha Klein y Mario, en “Mostly Martha”; el tema de “androginismo” en “Una habitación propia”, de Virginia Woolf; Elizabeth Bennet y Mr. Darcy -a pesar de todos los equívocos, en “Orgullo y Prejuicio”, de Jane Austen, Max / Furiosa en Mad Max: furia en el camino, entre otros ejemplos).


Por lo tanto, la visión emulada del Tiempo personal (o de toda la especie) desde una Cuarta Dimensión cuando se permanece en la Tercera, también tiene ese rasgo de Armonía existencial razón/emoción que da sentido a toda una vida. Con este enfoque, el sentido de la Vida y el significado de la Muerte sufren delicados ajustes de significado: la Vida vale por cómo fue vivida y la Muerte se vuelve relativa. La primera se sostiene en la vida de Louise Banks y de su hija, la segunda se manifiesta en la muerte del extraterrestre Abbott.

En ese sentido, sin que se note, sin que aplaste con sermones fílmicos o secuencias didácticas, Arrival sí alcanza planos filosóficos que afectan a su público aunque no se perciban en primera instancia. En ese sentido, se incorpora al selecto grupo de cintas como 2001, 2010 e Interestelar, que ya se han citado con frecuencia.

Pero este logro de significado (de substancia del significado, en el recuadro de 4 partes de las relaciones Forma/Substancia expuesto por primera vez por el lingüista Louis Hjemslev) no sería posible sin la factura cinematográfica.


2. La Bisagra Creativa entre la Veta de Ciencia y la Veta Emocional
El Cine, el Séptimo Arte, es una de las artes más privilegiadas que en sus mejores momentos puede unir polos que parecen opuestos. Lo logra mediante el manejo artístico/creativo de sus elementos. En ese sentido, Denis Villeneuve ha logrado una cinta extraordinaria.

2.1. Dirección
Villeneuve aporta su firma no como un director de la vieja guardia de la Teoría del Autor, donde se pone un sello propio hasta al más mínimo detalle. Más bien se comporta como un excelente director de orquesta que coordina a sus solistas, a sus colaboradores, para ejecutar una extraordinaria película sinfónica de ideas y de acción mental -que la hay, no toda es física en pantalla-.

Villeneuve y Adams en el set.

Deja respirar a su cuadro de actores para que desarrollen sus personajes con libertad dentro de márgenes bien establecidos por la psicología del relato. En cuanto a la dirección de fotografía, deja que Bradford Young se luzca de manera gradual, hasta transformar a Arrival en un documento muy atractivo visualmente. Tiene el control de los efectos especiales que pone al servicio de la historia que narra. Pero donde deja constancia es en la huella implícita del ritmo y del tiempo fílmicos: logra conjuntar todos los elementos para obtener esa sensación del Tiempo visto desde arriba, en panorámica, y lo comunica a su audiencia de una manera elegante, que no se siente pero que implica una gran habilidad para manejar el medio cinematográfico.

Hay detalles importantes como el túnel de la nave extraterrestre. Se ve ajeno -igual que el lenguaje-, por lo que el diseño escenográfico es minimalista al interior y logra mejor su objetivo. Es el momento de palpar, de guardar la falta de gravedad cuando los humanos ingresan como simple muestra de una tecnología extraterrestre más desarrollada. Este tipo de cuidado en el detalle habla muy bien del diseño de producción, esa parte esencial de la orquesta que dirige Villeneuve.


Todo este conjunto es un logro que le pertenece en exclusiva a Villeneuve. Pocos directores logran actualmente este resultado.

2.2. Cuadro actoral
El primer punto que el público reconoce es la extraordinaria labor de sus actores y la limpia dirección que los conduce. Quien se lleva la película es Amy Adams en un brinco a un personaje que le exige más recursos actorales de los que maneja -muy bien- en producciones más comerciales y menos demandantes.

Gracias a ella, al manejo de la expresión corporal y en especial la del rostro, vemos en pantalla como Louise Banks atraviesa distintas fases emocionales.


En el caso de la Veta de la Ciencia, el paulatino develamiento de los códigos del lenguaje extraterrestre por parte de la Doctora están llenos de sorpresa o frustración inicial, los rompimientos/reconstrucciones de dichos códigos gracias a su intuición -el momento en que el rompecabezas se completa y se tiene una idea perfecta/nítida/obvia que se persiguió por días- son verosímiles por las emociones que acompañan sus descubrimientos, la inseguridad/duda ante la ambigüedad de su traducción.


Pero es en el desconcierto/seguridad de los “brincos” en el tiempo donde más se nota la admirable versatilidad de la actriz. Sin embargo, en el mismo plano de su trabajo actoral hay que colocar el manejo del amor, maternidad, tristeza, desolación de Louise con su hija; de confianza, colaboración, trabajo en equipo con Ian Donnelly; el rechazo instintivo del agente de la CIA o la persuasión con el Coronel que la apoya en el ámbito militar.

La colaboración entre científicos e incluso su enamoramiento, apoyo solidario / riesgo mutuo el uno por la otra / la una por el otro, es creíble no sólo por Amy Adams sino por la actuación sutilmente modulada del actor Jeremy Renner (más allá del cascarón de superhéroe de Marvel). No se le nota contenido sino a gusto con su papel y lo deja fluir sin aspavientos muy en el importante diseño del personaje, del que hablaremos en la Veta Emocional.

Renner y Adams.

Las tres niñas que personifican a Hannah (Jadyn Malone, Abigail Pniowsky, Julia Scarlett Dan) responden a la dirección de actores de Villeneuve y construyen a una sola persona: siempre inquisitiva, sensible y adolorida. El rejuego actoral con Amy Adams es relevante.

Finalmente, Forest Whitaker con su calidad de siempre, personifica al Coronel Weber. No va más allá del personaje pero le imprime simpatía hacia Louise Banks a pesar de las restricciones militares. Whitaker lo hace creíble e incluso simpático por momentos.

Whitaker.

2.3. Cinematografía
Bradford Young pone un sello de verdes, azules y grises en los paisajes terrestres, que está relacionado con el interior de la nave extraterrestre y su casi blanco y negro (en su nubosidad de grises, sólo alterada por los naranjas de los trajes aislantes). En ese sentido hay una cierta correlación entre ambos ambientes. Las tiendas militares tienen las mismas tonalidades casi monocromáticas que la nave y sólo se altera con la intervención de los exteriores también nublados.


Estos tres escenarios principales están unificados por una “luz solar” que corresponde a la famosa “Luz Blanca” de los pintores flamencos como Johannes Vermeer (que se reproduce también en cine en la cinta “La joven del arete de perla”, donde se hace gala cinematográfica de su uso, al reproducir a Jan Vermeer mismo). Esta “Luz Blanca” en ambas películas es la luz solar filtrada por las nubes: no hay sombras pronunciadas y la paleta se corre de los colores cálidos a los colores y tonos fríos. Es algo excepcional y no muy común en el cine comercial estadounidense.


2.4. El -excelente- guión
Ya se ha mencionado que el guión de Eric Heisserer (basado en la novela corta “La historia de tu vida”, de Ted Chiang, ganadora del premio Nebula 2000 y el Theodore Sturgeon 1999) emula el Tiempo del lenguaje, de la cuarta Dimensión desde la Tercera. Que también maneja hábilmente los saltos al pasado, presente y futuro inmediato en la diégesis.


A lo anterior hay que añadir que está estructurado con una visión al mismo nivel que los personajes. El público no sabe más que los personajes principales, no tiene una visión superior de pájaro que conoce más “desde arriba”. Más bien, se estructura de tal forma que la audiencia descubre el significado de los acontecimientos al mismo tiempo que sus personajes.

De esta forma, se plantea el libre albedrío frente al determinismo y el público tiene que elegir al mismo tiempo que los personajes. Sólo cuando Louise Banks se lanza a sus reflexiones finales -y algunas intermedias- es que la audiencia la acompaña porque tiene la misma información para ejecutar sus propias reflexiones.

Esto redunda en que la tensión, el suspenso está determinado por lo que ocurre a los personajes en el momento. No por la fórmula clásica tipo Hitchcock donde el público sabe más que los personajes, y al ver el peligro “trata de advertirles” lo que va a suceder. En la primera opción, el público descubre las cosas al mismo tiempo que sus héroes; en la segunda, se emociona porque sabe más (consultar “Tiempo y novela”, de Jean Pouillon).


Con esta óptica, el suspenso y el caos no nacen de la nave extraterrestre. Nace de los miedos humanos al Otro, al Ajeno, al Desconocido. Y lo hemos visto recientemente en varias sociedades como la británica y la estadounidense, se cuece a fuego lento en Francia y Arabia Saudita mientras explota todos los días en el territorio arrebatado a Siria e Iraq por discípulos extremistas de Al-Wahad. Las decisiones son irracionales: lo que se quiere es borrar de la faz de la Tierra a lo que nos molesta y perturba. El mal no es ignorante, es proactivo y ojete. Por un lado, Auschwitz; por el otro, Katyn.

Así, en Arrival la desconfianza está entre los gobiernos, incapaces de colaborar entre ellos: los doce gobiernos en donde han aparecido “de la nada” las doce naves extraterrestres. Solución: levantar muros, lanzar bombas, aniquilar y matar. El simio asesino que todos llevamos dentro.


Esa desconfianza y su clímax negativo se disuelven con el conocimiento de los hechos, con el respeto no sólo a la Razón (esa “Loca” que desdeñan todas las ideologías porque es la herramienta de la Crítica) sino a las mejores emociones humanas.

La aparición de personajes, su evolución, va en función de los acontecimientos y está graduada con maestría. En ese sentido, entreteje hasta fundir a la perfección la Ciencia con la Emoción y es la herramienta que sostiene la brillantez fílmica de Arrival / La Llegada.

2.5. Cinta coral con sello del director
Estos elementos, junto con Diseño de Producción, Efectos Especiales e incluso Diseño de Vestuario, se conforma todo el conjunto de Arrival / La Llegada. El control de Villeneuve es sutil, sin personalismo inútil, lo que da como resultado una película coral donde se termina por detectar entre líneas la dirección decidida pero consciente de la aportación grupal. Todo al servicio de una película destinada a impactar a su público que, en mayor o menor grado, sale pensando en lo que vio, con más preguntas que respuestas… logro nada despreciable para un film de Ciencia Ficción verdadera.


3. La Veta Emocional.
La audiencia percibe que Arrival / La Llegada es una buena película. La mayoría no lo hace por la Veta de Ciencia pero sale satisfecha del cine gracias a la Veta Emocional.

Por un lado está el placer, la emoción misma que da el Conocimiento, el resolver el acertijo, el armar el rompecabezas. De inmediato, la satisfacción -o la angustia- que se desprende de la comunicación establecida. Todas estas emociones están presentes y se desarrollan en Louise Banks y, a través de ella, las viven los espectadores.

Un ejemplo de emoción intelectual está en la escena donde Louise toca la pared transparente que la separa de los extraterrestres. En un homenaje a (Kubrick, 1968), Louise palpa la pared con el mismo cuidado y gesto manual con el que el homínido Moonwatcher y el humano Heywood Floyd tocan el famoso monolito negro. Hay sorpresa y satisfacción cuando recibe la respuesta semejante del heptápodo, el mismo gesto: es el inicio de la comunicación.

Louise Banks en Arrival.

Moonwatcher en 2001.

Heywood Floyd en 2001.

Louise Banks en Arrival. La respuesta.

Pero también están las emociones más conocidas como el enamoramiento, el amor, el dolor por la pérdida, el miedo, la sorpresa, el valor. También presentes en Louise Banks como el espejo de tod@s nosotr@s.

3.1. Redefinición de los rasgos “de género”
Esto se debe a un excelente giro en películas recientes en Hollywood: el héroe de la historia hoy es heroína.

Ya se están redistribuyendo los rasgos asociados al “ género” de los papeles, como alguna vez lo deseo Virginia Woolf en literatura. Hoy Louise Banks es una mujer profesional que decide ser madre, tener una hija y criarla. Pero el techo de cristal sigue allí y tiene que lidiar con el machismo de la CIA, la incomprensión militar, y el miedo que le genera lo desconocido. También vemos cruzar por su corazón las preocupaciones profesionales que van de la frustración de no entender el lenguaje ni descifrarlo hasta la alegría/orgullo de encontrar los códigos y entablar una conversación con los extraterrestres.


También se plantea que Louise (gracias a la excelente actuación de Amy Adams) descubre que para cumplir con su ética humana que coloca el interés de la especie (la comunicación con el Otro, la sobrevivencia) por encima de egoísmos políticos (ni siquiera nacionales, sino de un grupúsculo que detenta el poder) TIENE que ser más agresiva, más astuta, más “masculina” en momentos que los hombres mismos. Y eso la consume como persona: se descubre exhausta todo el tiempo, corriendo todo el tiempo, en momentos dopada.


La reflexión es que el “sistema” que nos hemos diseñado adjudica rasgos a hombres y mujeres como si estuviéramos todavía en una manada de mandriles: machos alfa, hembras alfa, y segundones / segundonas, desplazad@s, exiliad@s, débiles, etc. Hemos personalizado rasgos agresivos o sumisos que parecen “naturales” y que pertenecen a cada “género”. La realidad es que no sucede así. Hay mujeres luchadoras (no “guerreras”, por favor) así como hombres “sensibles” (no "afeminados", por favor).

Por lo tanto, ante una Louise Banks que lucha como mujer con toda su fuerza para alcanzar su objetivo profesional, humano y ético, la película coloca a su lado a Ian Donnelly, el científico. Entre ambos se da un proceso de estima, conocimiento, ayuda profesional y finalmente enamoramiento.

Cooperación para descubrir los códigos del lenguaje.

Donnelly es sensible, comprensivo, comparte la crianza, y aporta profesionalmente sin celos a la causa común cuya lideresa es Louise: él logra el último salto cualitativo para traducir el lenguaje y no reclama crédito ni está celoso de su compañera.

La clave es compartir, no competir.


Como ya mencionamos, este binomio de mujer lideresa / hombre compañero, que se brindan ayuda humana mutua en lo profesional y emocional, que son compañeros y no rivales aparece en las parejas siguientes, por mencionar algunas:

- Louise Banks y Ian Donnelly en Arrival.
- Martha Klein y Mario, en Mostly Martha.
- Elizabeth Bennet y Mr. Darcy, en Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen.
- Max / Furiosa en Mad Max: furia en el camino.
- Cooper / Brand en Interestelar.

Claro, un mayor equilibrio entre los rasgos de los “géneros” no exenta de conflictos, pero son diferentes, más atenuados, más cercanos a la conciliación.

Louise Banks recibe de Ian Donnelly el mejor de los cumplidos… porque es, sencillamente, la Verdad: siempre miró a las estrellas, pero ahora lo más valioso de la experiencia no fue ver a los extraterrestres sino conocerla a ella.


La gama de sentimientos que circula entre la pareja, hacia el interior y el exterior es compleja y ofrece muchas aristas. Esas aristas captan la atención de la mayoría de la audiencia, permite su proyección/identificación con los personajes y, finalmente, le hace sentir una amplia gama de emociones que la deja satisfecha.

3.2. Maternidad
El hilo narrativo de Louise y Hannah conmueve a la audiencia, en especial a la femenina. A pesar de su poca presencia en tiempo de pantalla, es poderosa en la estructura de la narración. Ese breve lapso de la vida entre maternidad y niñez es clave para todas las personas y las marca para el resto de sus vidas.

El guión y la realización promueve su importancia porque las imágenes de esa relación casi siempre anteceden a un avance en la decodificación del lenguaje, o son “preámbulo” de un giro en la narración. Pero, como se ve al final, en realidad ha permeado a toda la película, desde su principio hasta su final: contiene las preguntas esenciales que se hace todo ser humano sobre la vida, la muerte y el tiempo.

NOTA: Hay que subrayar que ya se prepara sentimentalmente a la siguiente generación femenina de personajes. Tanto en Arrival, Mostly Martha e Interestelar, las relaciones de los padres con la niñez son con HIJAS, no hijos. Hannah, Lina y Murph son aristas de la misma niña.

Murph y Cooper en Interestelar.

3.3. Miedo, temor al Caos.
Primero se desarrolla con la receta clásica del Cine de mostrar al Otro poco a poco, en partes. De los heptápodos solo vemos la parte inferior. Sólo hasta el encuentro de Louise con uno de ellos, ya en la neblina donde adquiere la conciencia total / dominio del lenguaje es que lo vemos completo. Es la emoción paulatina del descubrimiento de lo Desconocido, que compartimos tod@s nosotr@s a través de ella. Una emoción más que atrae al público.

Después están las emociones negativas que, como ya dijimos, no suceden en la nave sino en la Tierra, y las provocamos nosotr@s con nuestra irracionalidad y miedo.


Una emoción negativa relevante se da en la discusión semántica sobre lo que significa un signo extraterrestre: ¿Arma – Herramienta – Regalo? La desesperación ante la terquedad y la simple estupidez. ¿Por qué comprar de entrada el significado negativo Arma y proceder desde allí? Ni siquiera se considera herramienta como opción.

Por suerte, Louise descubre en la niebla que el Lenguaje es el Regalo mismo y que ella lo posee para compartirlo (su libro dedicado a Hannah). Y la emoción que despierta entre el público ese regalo es, quizás, la más importante de todo el film. No la que nos pegó más, sino la más relevante en nuestro propio tiempo personal.

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También destaca la emoción negativa de suspenso cuando China, Rusia, Pakistán y Estados Unidos se desconectan del sistema de comunicación, cuando falla la cooperación por el miedo o la agresividad: se imponen las necesidades políticas y militares. Los espectadores reconocen una situación que viven a diario con menor intensidad y que encuentra focos concretos en los conflictos regionales de hoy en día.

Es relevante el hecho de que la desconexión del sistema virtual impacte, porque es lo que nos ocurre cuando fallan las redes sociales y nos sentimos aislad@s de golpe: hay un vacío, una carencia que genera temor en lo profundo de nuestra intimidad. Es un acierto de la dirección y el guión que se generalice y exponga así. Tod@s l@s usuari@s de redes vía celulares sienten el golpe emocional directo en el estómago.


Como contrapeso, también está la emoción del alivio, cuando se desactiva la tensa situación internacional y se resuelve la situación con las naves espaciales. De nuevo, lo que ocurre en el microcosmos individual también se da en el macrocosmos de la especie:

La clave es compartir, no competir.

El público también conoce la emoción de que se sentiría si todas las naciones cooperaran y compartieran su conocimiento: viejo anhelo de la Ciencia Ficción.


Como se puede apreciar, el menú emocional de Arrival / La Llegada es muy amplio y tiene de todo para satisfacer a sus espectadores. Por eso, es innegable que su riqueza emocional es pieza clave para que la audiencia la considere una excelente cinta. A partir la Veta Emocional, como serpiente que se muerde la cola, sentimientos y emociones conocidas nos permiten pasar por el puente de la realización fílmica hasta la rica Veta de Ciencia, la parte más cerebral de la propuesta cinematográfica de Villeneuve.

4. Conclusión Sintética
Arrival / La Llegada es una cinta que con el tiempo será de culto, preferida por conocedores de Ciencia Ficción y miembros de la generación Milennial / Milenaria, porque les habla de cerca.

Como ya hemos visto contiene elementos clásicos pero la mayoría son innovadores para el género cinematográfico y, desde los contenidos, aporta un tejido fino, esmerado y complejo de emociones e ideas. Ese equilibrio entre las dos Vetas la pone por encima de muchas cintas comerciales, e incluso algunas de arte que se inclinan hacia uno u otro elemento. Pocas son las cintas que intentan balancear las Vetas y todavía menos las que lo consiguen en pantalla.


Y ese es el gran Regalo de Arrival / La Llegada: que un alto porcentaje de su audiencia salga del cine discutiendo, platicando o preguntándose sobre el significado del Lenguaje, de Quién es el Otro, de la relación Mujer/Hombre y de ambos con la Niñez, de la Vida personal y de la especie, de la Muerte personal y de la especie… y del Tiempo… del que No sabemos aún cuánto nos queda.

No es cosecha pobre para una verdadera película de Ciencia Ficción.