23 julio 2016

Arthur C. Clarke (1917 - 2008) - In Memoriam

Para Angélica Ponce y Javier Rivera, admiradores de Clarke, que compartieron con nosotros la pena por la muerte del extraordinario escritor inglés de ciencia ficción, creador de mundos maravillosos que hemos recorrido.

Francisco Peña.

En este momento de tristeza generado por la muerte de Arthur C. Clarke, intentaré ir más allá de los clásicos obtuarios periodísticos y profundizar un poco más sobre la vida y obra de este extraordinario escritor. Es devolverle un poco en agradecimiento a todo lo que nos dio: momentos maravillosos en mundos imaginarios -pero algunos posibles-, el respeto al género de la ciencia ficción, el gusto por la ciencia y en enriquecimiento de la imaginación de la humanidad.

Sir Arthur Charles Clarke

El19 de marzo de 2008 falleció Sir Arthur Charles Clarke, el mejor y más famoso escritor de Ciencia Ficción. Deja un hueco en la historia de este género literario, en la generación y difusión de la ciencia y en la historia del cine que nadie podrá llenar en muchos años.

Clarke es el ejemplo perfecto del ateo humanista, cuya esperanza está puesta en el ser humano y que es optimista en cuanto a su evolución hasta que el hombre encuentre su lugar en el Cosmos. Clarke nació en el poblado de Minehead, en Somerset, Inglaterra, el 16 de diciembre de 1917. Su deceso, por problemas respiratorios, llega después de una vida plena de realización, fama y reconocimiento internacional tanto en el campo de la ciencia como en el literario de la Ciencia Ficción.

Desde niño mostró su afinidad con las ciencias duras, la ingeniería… y la imaginación desbordada hacia las estrellas. Cuando tenía casi 11 años se dio el primer encontronazo con una revista pulp de ciencia ficción de Amazing Stories, pero su vida cambió por completo con el número de marzo de 1930 de Astounding Stories: con éste comenzó su colección personal de revistas de ciencia ficción. También por esos años armó personalmente varios telescopios y él mismo comentada que “conocía mejor la geografía de la Luna que la de Minehead y sus alrededores".


Su entusiasmo infantil y adolescente por la ciencia y la ciencia ficción lo llevó a escribir cartas a los editores de dichas revistas y, finalmente, a formar parte de Sociedad Interplanetaria Británica. Desde los 20 años ya enviaba cartas al famoso editor de la reconocida revista Astounding, John W, Campbell, y algunas las llegó a firmar como miembro de dicha sociedad.

Su contacto con la ciencia aumentó durante la Segunda Guerra Mundial, ya que Clarke se involucró con el sistema inglés de defensa de radar como oficial de la Real Fuerza Aérea, hasta llegar al grado de Teniente de Vuelo. Su realización científica más reconocida internacionalmente es el concepto de satélite geoestacionario de comunicación, que describió en un artículo publicado por la revista Wireless World en ¡octubre de 1945! A pesar de que originalmente concibió un satélite tripulado por tres personas (cuando transistores, chips y computadoras eran conceptos vagos con apariciones en la ciencia ficción), su idea de colocar un satélite de comunicación en órbita geoestacionaria para transmitir la misma señal a grandes zonas geográficas de la Tierra fue determinante para el desarrollo de las comunicaciones humanas. Hoy no se puede concebir a la sociedad sin este elemento imprescindible para el flujo de datos, informaciones y contactos humanos, que serían imposibles sin su concepción.


Como escritor de ciencia ficción publicó diversos cuentos entre 1937 y 1945. En contra de lo que se piensa, aunque forma parte de la generación de escritores clásicos (Asimov, Pohl, Heinlein, van Vogt, entre otros), no fue un escritor del “establo” de John W. Campbell. Sus apariciones en Astounding fueron pocas: cuatro cuentos entre 1946 y 1961 ("Loophole" y "Rescue Party" en 1946, "Hyde and seek" en 1949 y "Death and the Senator" en 1961). Más bien, algunas de las revistas de ciencia ficción norteamericanas que fueron su ventana al mundo literario fueron Galaxy y, en los 70 saltó a Playboy y Omni. Durante toda su vida mantuvo contacto con científicos como Carl Sagan, Willy Ley, Werner von Braun, Gentry Lee, y astronautas soviéticos y estadounidenses como Alexei Leonov, Neil Armstrong y muchos otros más. Fue un gran promotor del pensamiento científico mediante la publicación de numerosos libros de divulgación.

Con Gentry Lee (izquierda), Clarke muestra el libro RAMA II.

Pero su fama internacional se genera a partir de su actividad como escritor de ciencia ficción y su participación en el mundo del cine del mismo género.

En el proceso de retroalimentación entre ciencia y ciencia ficción, Clarke creó sus “Tres Leyes de Clarke”:

Ley 1: Cuando un científico distinguido pero ya viejo dice que algo es posible, casi es seguro que este en lo correcto. Cuando dice que algo es imposible, probablemente está equivocado.

Ley 2: La única manera de encontrar los limites de lo posible es ir más allá de ellos a lo imposible,

Ley 3: Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.

(Estas tres leyes fueron propuestas en su libro Perfiles del futuro / Profiles of the Future, publicado en 1962).


En sus planteamientos científicos, sus libros de divulgación científica y, sobre todo, en su obra literaria, Clarke expuso sus tres leyes, en especial la última. Dio muchas ejemplificaciones, sobre todo en su obra literaria más reciente y sus dos sagas más reconocidas.

En su carrera literaria expuso sus reflexiones sobre la ciencia, las posibilidades del hombre en el espacio, y casi siempre lo hizo desde una perspectiva cósmica. De sus obras destacan varias colecciones de cuentos, novelas y dos sagas de novelas muy conocidas. Su última obra, El Último Teorema / The Last Theorem, escrita junto con Frederick Pohl, fue revisada por Clarke semanas antes de morir y será publicada póstumamente en el transcurso de 2008.


Como ejemplo de sus colecciones de cuentos podemos mencionar rápidamente Los nueve mil millones de nombres de Dios / The nine billion names of God y El viento del Sol /The wind from the Sun. En el primero están publicados el cuento “Los nueve mil millones de nombres de Dios” donde, con base en la tradición budista, monjes de un monasterio de esta religión usan una computadora para escribir todos los nombres de Dios con la permutación de letras, lo que lleva a un cambio en el universo; “Recuerdo Babilonia” expone las posibles consecuencias sociales de la transmisión de pornografía vía satélite, con fines políticos, servida para hombres, mujeres, gays y lesbianas. También contiene el cuento “El Centinela / The Sentinel”, escrito en 1948 para un concurso de la BBC y que es la piedra angular de donde se erige la creación de 2001: Odisea del espacio.

El viento del Sol contiene “Marque F de Frankenstein / Dial F for Frankenstein” donde las telecomunicaciones adquieren conciencia propia al interconectarse mundialmente. “El viento del Sol” es un hermoso cuento sobre el deporte de velear con el viento solar y cuyo final es memorable.



La primera novela que lo lanza a la fama es El fin de la infancia / Childhood’s End (1953). Es el encuentro de los seres humanos con otra raza alienígena, que culmina en la transformación y sublimación cósmica de la especie humana. En Las fuentes del paraíso (1979) combina tradiciones de Sri Lanka (Ceylán), país en donde vivió una gran parte de su vida, con su idea científica de los elevadores espaciales. Un grupo de monjes budistas se opone a abandonar su monasterio ubicado en la cima de una montaña, que paradójicamente es el único punto de la geografía terrestre en el Ecuador donde se puede construir el elevador espacial. Este elevador, construido con cables de carbono –diamante- permitiría llevar carga al espacio sin necesidad de cohetes, sería la primera piedra para generar un anillo alrededor de la Tierra en órbita geosincrónica, que sería el puerto de partida para la conquista del Sistema Solar y del Cosmos.

Canciones de la Tierra distante / Songs from distant Earth expone la interesante tesis de que nosotros somos los extraterrestres. Una colonia terrestre, creada por robots interplanetarios sofisticados cuyos ancestros serían los Voyager, recibe la visita de extraños del espacio: la última nave que partió de la Tierra antes de su muerte y que lleva en su interior los tesoros de la humanidad. El choque de culturas, a pesar de provenir de la misma raíz, es muy interesante.


Finalmente hay que mencionar sus dos sagas novelísticas más famosas.

1. El ciclo Odisea: 2001: Odisea del espacio; 2010: odisea dos; 2061: odisea tres y 3001: la odisea final.

2. El ciclo Rama: Encuentro con Rama, Rama II, El jardín de Rama y Rama Revelado (los tres últimos libros escritos con Gentry Lee).

El primer libro de la saga de Odisea nace al parejo de su hermana gemela: la película 2001: Odisea del espacio, dirigida por Stanley Kubrick y estrenada en 1968. En la primavera de 1964, Kubrick le propuso a Clarke realizar la “proverbial buena película de ciencia ficción”, y tardaron 4 años en plasmar en pantalla el proyecto. Los cambios ocurridos entre 1964 y 1968, así como las partes literarias que se desarrollaron y desecharon, aparecen en el libro Los mundos perdidos de 2001 publicado en 1972. Durante un tiempo Clarke vivió en Nueva York (en el famoso Hotel Chelsea). El guión se escribía al parejo de la película y ambos se modificaban y retroalimentaban recíprocamente. Durante este proceso Clarke también escribió la novela basándose en el guión y en la cinta misma, cambiando algunos lugares, explicando situaciones, etc. Aunque estuvo lista antes que la película, su publicación fue retrasada a petición de Kubrick.


En esta saga en particular Clarke expone, entre otros temas, una de sus ideas más queridas: la evolución del hombre no termina con el homo sapiens como lo conocemos. Esta idea permea, por ejemplo, El fin de la infancia y el cuento "Un encuentro con Medusa / A meeting with Medusa". La humanidad se encuentra actualmente en el estado orgánico (con base en carbono y oxígeno). Pero la presencia de la tecnología hará que su cuerpo vaya incorporando elementos no orgánicos como metales, circuitos electrónicos, etc., por lo que llegará a la etapa de transición donde lo orgánico se mezclará con lo inorgánico: el hombre será un cyborg. Este siguiente paso en la evolución humana lo llevará a los planetas y luego a las estrellas. Después el hombre será una máquina, no usará un vehículo sino que será el vehículo mismo con su conciencia. Finalmente, el hombre se despojará de todo medio físico de soporte para su existencia y pasará a ser un ser de energía pura; así, podrá recorrer galaxias y, quizás, el universo mismo.

En 2001: odisea del espacio, tanto en la novela como en la película, el eje temático y narrativo está en los saltos en la evolución del hombre hacia un mayor conocimiento del universo; y como tema paralelo marca el surgimiento de la inteligencia artificial como ente independiente al ser humano.

Esto se muestra en las distintas apariciones del famoso monolito negro y en las conjunciones planetarias: marcan un nuevo salto de la humanidad. En el primer caso, el monolito (que, entre otras cosas, es una máquina Von Neumann que se autoreproduce… pero no sólo es eso…) enseña a los simios el uso de la herramienta, pone a prueba su inteligencia y, con el acceso a la proteína animal por la caza, lo lanza en el camino de la evolución hasta el punto que ahora estamos.

Del cuento “El Centinela” se toma, entre otros elementos, la idea de que el monolito que aparece en la Luna es una alarma galáctica. Lanza su emisión de radio al planeta Júpiter para marcar que la humanidad ha dejado la cuna y es una civilización capaz de ir al espacio. El tercer monolito de novela y película funciona como medio de transporte –puerta de las estrellas- para llevar al astronauta David Bowman a una parte cercana al núcleo de nuestra galaxia, La Vía Láctea. Bowman llega a un sol donde el monolito aparece por cuarta vez, y el astronauta pasa por todos los ciclos de vida hasta transformarse en el Niño de las Estrellas, ente de energía que Kubrick visualiza en la cinta como el famoso feto estelar que nos mira desde la pantalla.


La relación entre HAL 9000 y los astronautas Bowman y Poole manifiesta (la posibilidad real de) la conciencia e inteligencia en un ente inorgánico que nosotros consideraríamos aún artificial. A través de HAL 9000 Clarke plantea literariamente la posibilidad de que el hombre este más cerca de la tercera fase de evolución de lo que pensaba, y que podría omitirse la fase cyborg. El niño de las estrellas es la culminación del proceso: el ser humano, con ayuda extraterrestre, podría ser un ente de energía pura y manipularía la realidad que lo rodea.

El enfrentamiento Bowman-HAL es el medio dramático que Clarke y Kubrick usaron para hilar sus ideas y, de paso, atraer a su público a una reflexión más profunda sobre las posibilidades cósmicas de la humanidad.

La novela es un acierto si se toma en cuenta que fue escrita antes de la llegada del hombre a la Luna y de la revolución electrónica e informática.

Durante años, Clarke se negó a hacer una secuela de 2001, pero los acontecimientos científicos le hicieron cambiar de idea.

En 1979, señala el propio Clarke: “Las sondas espaciales Voyager eran, por supuesto, no tripuladas, pero las imágenes que enviaron hicieron reales –y totalmente inesperados- a mundos que hasta entonces habían sido meros puntos de luz en los telescopios más poderosos. Las erupciones continuas de sulfuro de los volcanes de Io, la cara con múltiples impacto de Calixto, el contorno extraño del paisaje de Ganimedes- era como si hubiéramos descubierto todo un nuevo Sistema Solar. La tentación Para explorar era irresistible, de allí 2010: Odisea dos, que también me dio la oportunidad de descubrir que sucedió con David Bowman, después de que despertó en ese enigmático cuarto de hotel. En 1981, cuando empecé a escribir el nuevo libro, la Guerra Fría todavía se desarrollaba, y sentí que me arriesgaba al mostrar una misión conjunta EU-URSS.”


2010 (novela y también una magnífica película de Peter Hyams, digna heredera de la tradición de la obra de arte de Kubrick) pone a las tripulaciones rusa y estadounidense frente al misterio desconocido –pero NO incognoscible- del monolito, y muestra las nuevas facultades de Bowman como ser de energía programada, y su relación con el monolito, a través del cual escucha a lo lejos la voz de los extraterrestres originales que crearon el monolito y detectan el surgimiento de la inteligencia en el universo como el bien más preciado. El centro del escenario se destina al científico Heywood Floyd (personaje secundario de 2001) y remata con la creación de Júpiter como un nuevo Sol (Lucifer) mediante la intervención de millones de monolitos, ahora si convertidos en máquinas Von Neumann que se autoreproducen y convierten la atmósfera joviana en una nueva estrella. La incorporación de Bowman y HAL como entes de energía programada que viven en el monolito e interactúan con éste, es una idea extraordinaria que convive con la paralela de que todo el proceso es para permitir el desarrollo de la vida incipiente que existe en la luna joviana de Europa.

Comenta Clarke: “Me parece increíble que, cuando Peter Hyams hizo su excelente versión fílmica en 1983, puso usar los acercamientos reales de las lunas jovianas obtenidas por las misiones Voyager (algunas de ellas después del procesamiento computarizado hecho por el Jet Propulsion Laboratory). Sin embargo, se esperaban mejores imágenes de la ambiciosa misión Galileo, que llevaría a cabo una investigación detallada de los satélites mayores de Júpiter en un período de muchos meses. Nuestro conocimiento de estos nuevos territorios, previamente obtenido sólo por un vuelo breve, se expandiría enormemente –y no tendría excusa para escribir Odisea tres. Alas –algo trágico en el camino a Júpiter. Se había planeado lanzar al Galileo desde el transbordador espacial en 1986 –pero el desastre del Challenger borró esa opción, y pronto fue claro que no tendríamos nueva información de Io y Europa, Ganímedes y Calixto, al menos en una década. Decidí no esperar y el regreso (1985) del cometa Halley al sistema Solar Interior me dio un tema irresistible. Su siguiente aparición en 2061 era un buen pretexto para una tercera Odisea…”


2061: odisea tres plantea el encuentro y aterrizaje de una nave terrestre –un crucero turístico de lujo-con el Cometa Halley, lo que sirve para plantear la posibilidad de vida basada en el carbono en el propio cometa. Clarke suma una intriga internacional para que el crucero gemelo tenga que amarizar de emergencia en Europa, lo cual estaba prohibido desde 2010. Describe la posible evolución de la vida en Europa, basada en el sulfuro y carbono y no en oxígeno y carbono. Heywood Floyd, Bowman y HAL son los protagonistas, que terminan dentro del monolito como puentes culturales entre la civilización terrestre y la de Europa. Pero Clarke presenta el argumento de que el monolito NO es infalible –como parece ser en 2001 y 2010- y un gran pedazo de diamante, más grande que el Everest, ha caído en Europa, desequilibrando la evolución de la vida allí.

En el camino de escritura de la saga Odisea, Clarke aclara: “Obviamente, no hay manera en que una serie de cuatro novelas de ciencia ficción (ya incluye 3001), escrita en un período de más de 30 años donde han ocurrido los más maravillosos desarrollos en la tecnología (especialmente en la exploración espacial) y política pudieran ser consistentes mutuamente… Así como 2010: Odisea dos no era una secuela directa de 2001: odisea del espacio, también este libro -2061- no es una secuencia lineal de 2010. Todos deben considerarse como variaciones del mismo tema, involucrando a muchos de los mismos personajes y situaciones, pero no necesariamente ocurriendo en el mismo universo. Si quieren una buena analogía de otro medio, escuchen lo que Rachmaninoff y Andrew Lloyd Weber hicieron con el mismo puñado de notas de Paganini.”

Clarke remata la saga odisea con 3001: la odisea final. Bowman y Hal están como energía programada pero Floyd como personaje ya no; el que reaparece es el astronauta Frank Poole desde las páginas e imágenes lejanas de 2001. Clarke lo revive para que sea testigo con nuestra mentalidad de las tres torres-elevadores que se desprenden del Ecuador de la Tierra (Las fuentes del Paraíso), el anillo que rodea a la Tierra para viajar a los planetas y los cambios sociales en la Tierra.

La novela es el vehículo de Clarke para afirmar con claridad su ateísmo humanista, su cariño y estimación por las personas religiosas pero también su condena a los excesos, guerras y violencia causadas por las guerras de religión, a la que equipara con una enfermedad mental que para 3001 no existiría. Finalmente muestra la última confrontación con los monolitos, que se enfrentan a la humanidad por los crímenes y violencia que han detectado en nuestra historia.



El ciclo de Rama muestra la generosidad, humanismo y tolerancia que Clarke siempre manifestó hacia las personas religiosas de todas las denominaciones. Viene a cuento porque de las cuatro novelas que componen el ciclo escribió las últimas tres junto con Gentry Lee. Clarke aceptó muchas de las ideas, preocupaciones y desarrollos temáticos de Lee –cuya religión es la Católica- sin obstaculizarlas para nada y en ningún sentido. En la saga, Gentry Lee habla abiertamente de Papas, santos y Jesucristo. Incluso uno de los personajes es claramente católico y crean a San Miguel de Siena, un santo para tiempos científicos. Esto abre una gama amplia de problemas religiosos, morales y éticos que se desarrollan con una profundidad poco usual en el resto de la obra de Clarke.

En Encuentro con Rama / Rendezvous with Rama, la primera de la serie y única que Clarke escribió solo, un objeto entra al sistema solar y se descubre que es el primer vehículo extraterrestre en hacerlo durante la historia registrada de la humanidad. Se envía una nave para que entre en la nave Rama y la explore. El sentimiento de sorpresa, maravilla, descubrimiento y aventura que el autor plasma en la obra es uno de sus mejores logros en su carrera literaria. Rama causa preocupación en la Tierra y se alzan las voces apocalípticas que consideran que la nave quiere destruir a la Tierra, por lo que se envían misiles atómicos para destruirla. Pero Rama tiene más sorpresas ocultas. Clarke manifiesta su posición a favor de extraterrestres más preocupados por la vida que por la destrucción.


Rama II, El jardín de Rama y Rama revelado plantean una segunda y tercera llegada de vehículos Rama. La segunda nave tiene por objeto tomar especímenes humanos y llevarlos a una estación espacial extraterrestre. En el inmenso Rama conviven con los humanos otras dos especies, con culturas muy diferentes. La tercera nave Rama pasa por la Tierra para recoger una muestra de la humanidad, con un poblado ya creado para que allí habite.



Los personajes que ligan los libros son tres astronautas y sus hijos nacidos en Rama II. Y resulta muy interesante que el personaje central de estos tres libros sea una mujer negra: la cosmonauta francesa Nicole des Jardins (y su compañero Richard Wakefield). Es por medio de sus ojos que vemos el microcosmos de una humanidad incapaz de desprenderse del ansía de poder, la jerarquía, la esclavitud, la discriminación y opresión de los Otros humanos y extratrerrestres. Pero también a través de ella podemos ver los mejores rasgos de la humanidad en el amor sexual, por la pareja, por los hijos y los amigos.


La fascinación por lo diferente logra convertirla en la embajadora humana frente a otras culturas extraterrestres y la lleva a conocer, finalmente, una versión religiosa de la creación del Universo y la intervención divina en el actuar de la inteligencia (humana o extraterrestre) en dicho universo.


Pero las cuestiones religiosas son aportación de Gentry Lee; Clarke considera la religión como una enfermedad.

Clarke es honesto y, en 3001 aclara su postura personal: “Finalmente, me gustaría asegurarles a mis muchos amigos budistas, cristianos, hindúes, judíos y musulmanes que estoy feliz sinceramente de que la religión que el Azar les ha dado haya contribuido a su paz mental (y, con frecuencia, como la ciencia médica occidental admite ahora con dificultad, a su bienestar físico). Quizás es mejor estar enfermo y feliz que sano e infeliz. Pero es mejor estar sano y feliz. El que nuestros descendientes puedan alcanzar esta meta será el reto más grande del futuro. De hecho, podría decidir si tenemos algún futuro.”

En su obra, Clarke extendió su generosidad y comprensión hacia las distintas orientaciones sexuales. A pesar de que chismosos han discutido o afirmado que era homosexual, Clarke se casó en 1953 con Marilyn Mayfield y se le ligó sentimentalmente con Leslie Ekanayake durante su vida en Sri Lanka. En 1998 el diario inglés Sunday Mirror lo acusó de pederasta: tiempo después el diario se retractó al no hallar pruebas la justicia de Sri Lanka ni tampoco otros medios ingleses. Pero lo importante no es la discusión de la sexualidad de Clarke , sino el hecho de que defendió la heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad como manifestaciones humanas no condenables mientras se respete a terceros. Ahí están los personajes de Walter Curnow (2010) y Ricardo Corazón de León (Rama II) como ejemplo para probarlo.

Se apaga la vida de Arthur C. Clarke, el último de los grandes clásicos de la ciencia ficción. Habrá quién llene sus zapatos en el futuro e inclusive vaya más allá que el autor inglés en el descubrimiento de sorprendentes mundos reales e imaginarios… Pero, mientras eso ocurre, Clarke deja un profundo vacío donde su optimismo y visión cósmica de la humanidad serán extrañados. Mientras eso ocurre, el mejor homenaje que le podemos dar es releer su obra y difundir sus rasgos humanistas ante un Universo que sigue siendo un reto y un misterio para los seres humanos.



2010: el año que hacemos contacto / 2010: the year we make contact, film de Peter Hyams.

The Odyssey File. Correos electrónicos entre Arthur C. Clarke y Peter Hyams durante la elaboración del guión de 2010.

2010: de la novela al guión, por Steven Jongeward.

2001: odisea del espacio /2001: a space odyssey, de Stanley Kubrick. Primera aproximación.

Arthur C. Clarke (1917 - 2008). In Memoriam.

Mundos perdidos de 2001. Libro de Arthur C. Clarke sobre la realización de 2001 (fragmentos).

Stanley Kubrick: Odisea del Cine. Ensayo de Gian Piero Brunetta.

2001: odisea del espacio, fracasa gloriosamente   y   Otra mirada a Odisea del Espacio, dos críticas (en contra y luego a favor), de Joseph Gelmis.