Francisco Peña.
Jean – Luc Godard. Al sólo mencionarlo surgen imágenes de polémica entre quienes lo odian por sentirlo incomprensible y entre quienes lo adoran por su constante experimentación con el lenguaje cinematográfico.
En alguna parte intermedia está la verdad. Sólo el tiempo y la historia podrán fijarlo en un punto, aunque una figura tan cambiante como Godard se autodefine precisamente por su capacidad de cambio.
Desde sus tiempos de crítico en Cahiers de Cinema hasta sus últimas producciones, Godard ha caminado muchas sendas en el mundo del cine. Es uno de los cineasta que ha reflexionado y experimentado sobre las formas del lenguaje cinematográfico.
Su sentido revolucionario lo ha llevado a confrontar tanto las historias que el cine puede narrar como sus formas propias de expresión. Su influencia en la historia del cine se discute acaloradamente, pero lo que no entra en el debate es su sitio.
Ahora platicaremos de JLG / JLG: autorretrato de diciembre. Esta cinta, de tan sólo una hora, recoge más bien lo que es una reflexión sobre una vida anclada en el quehacer cinematográfico.
Con una narración construida en fragmentos, en capítulos sin relación directa, Godard vuelve sobre sí mismo y su actividad. Pero lo hace aun experimentando, mezclando, jugando y riéndose con y de las imágenes.
Así, con momentos fulgurantes de ironía y paradoja, se ve a si mismo repensando la historia de su actividad. Sin pudor, gracias al manejo de libros y citas, muestra sus contradicciones, sus etapas de cineasta político y comprometido. Se burla de sí mismo con citas que afirman y se niegan mutuamente.
Pero enmedio del juego, aparecen constantes que ha sostenido a lo largo de su carrera: su admiración por ciertos cineastas norteamericanos (Welles, Chaplin, por ejemplo) mientras mantiene su rechazo por las estructuras comerciales del cine basadas en el sistema estadounidense.
Otra constante que se mantiene es el placer que Godard como persona siempre ha derivado de su labor fílmica. Lo lúdico, el juego, es patente en este Autorretrato.
También él se rechaza como figura de culto del cine, pero acepta que su obra es universal al pertenecer a una poética general como ser humano.
Entreveradas entre dichas reflexiones están las imágenes de campos, mares y bosques sin la presencia humana. Godard apunta en ese sentido el valor de las imágenes en sí mismas mientras no deja de citar libros que le han gustado o influenciado.
Estas reflexiones se encierran en el mundo cinematográfico habitado por luces y sombras. De allí mezcle las escenas de escritura a la luz de un simple cerillo con la contratación de una asistente de edición ciega.
Todo este documento fílmico de Godard conjunta en parte sus ideas sobre el quehacer del cine pero también sobre las estructuras de su lenguaje. Por eso esta cinta no es una autobiografía (con sus connotaciones literarias, de lenguaje escrito); Godard ha preferido hablar de un Autorretrato para remarcar los elementos de imagen y el rejuego creativo que siempre ha sellado su cine, con buenos y malos resultados.
De nuevo, Godard entrega una serie de ideas, esta vez sobre sí mismo y su trabajo, totalmente separada de los convencionalismos comerciales cinematográficos, mismos que no le interesan y que detesta.
En ese sentido, esta cinta es valiosa porque el cineasta recapitula su actividad, sin evitar el juego y la seriedad. En su lucha con las estructuras del cine Godard ha ampliado sus fronteras en provecho de otros creadores, del cinéfilo mismo, de hecho fílmico en sí.
En esa lucha lo que queda claro es que imprimió cambios importantes en la historia del cine, colocándose en su contra frontalmente o innovándolo desde adentro. Y, a lo largo de toda su actividad, lo que es evidente en este Autorretrato es su profundo amor al cine.
JLG / JLG: AUTORRETRATO DE DICIEMBRE. Producción: Gaumont International, Jean – Luc Godard. FRANCIA, 1995. Dirección y Guión: Jean – Luc Godard. Fotografía en Color: Yves Pouliquen y Christian Jacquenod. Edición: Catherine Cormon y Jean – Luc Godard. Intérpretes: Jean – Luc Godard, Denis Jadot, Genevieve Pasquier, Brigitte Bastien, Elisabeth Kaza. Duración: 62 minutos. PC: Servicios Culturales de la Embajada de Francia en México.