17 abril 2016

Pipa: arte dedicado al placer de fumar

Francisco Peña.

El humo se desprende de la pipa y adopta formas inesperadas. Matiza el ambiente con notas aromáticas que evocan paisajes españoles, italianos, holandeses, alemanes, ingleses o conducen al Medio Oriente. Es un momento que se replica en cine, literatura y la vida cotidiana: el tiempo se detiene con el placer de fumar pipa.


J. R. R. TOLKIEN

La escena puede girar alrededor de una persona envuelta en sus pensamientos acompañada por la música o el libro que prefiere; también puede mostrar a un grupo de amigos que disfrutan de la mutua compañía y platican animadamente, en ocasiones, claro, de pipas y tabacos. Así ocurre en El señor de los anillos cuando el mago Gandalf y Aragorn meditan sobre el destino de Tierra Media, los hobbits rematan una comida exquisita o esperan el fragor de la batalla.


Pero no están solos, los acompañan Sherlock Holmes y el detective Maigret, y no serían los mismos sin su inseparable pipa. Esas páginas brillantes existen gracias a que los escritores compartían este placer con sus personajes. J. R. R. Tolkien describe pipas y tipos de tabaco, entre los que destaca el del sur de la Comarca, porque él mismo fumaba pipa con gusto. Sir Arthur Conan Doyle y Georges Simenon compartieron fumadas lentas con sus creaciones literarias.

Sherlock Holmes

Maigret

Todos los fumadores comparten con ellos una actitud básica: la pipa es un objeto muy personal que se escoge con pasión y conocimiento. No importa si es cara, barata o de colección, siempre se selecciona la mejor disponible porque su carácter define a quién la usa: objeto de arte –por fabricación, diseño e imagen- dedicado al gozo particular.

Quién comienza a fumar pipa o busca adentrarse más en esta actividad debe escoger con cuidado la primera –o una nueva- pipa. Hay que tomar en cuenta varios factores. La mayoría de las pipas están hechas de brezo, un arbusto del cual se toma la madera de sus raíces para crear la cazoleta donde se quema el tabaco; también se emplean materiales como olivo o raíz de coronilla. Son maderas duras, resistentes y difíciles de manejar. Las pipas de barro son muy populares, eficientes y de gran tradición, al igual que las hechas con cuerno de búfalo o venado.

El maestro pipero, verdadero artista del diseño, selecciona y corta las mejores piezas de madera por la belleza de sus vetas, su ausencia de nudos o porosidades e inicia el delicado pulido de la pieza; avanza con tiento como si fuera una escultura de mármol porque la madera puede ocultar defectos. Todo el proceso es artesanal tanto para maestros piperos internacionales como fábricas reconocidas.


Pipas Dunhill... extraordinarias

Para comenzar a fumar o ampliar la propia colección de pipas es mejor comprar una cara o de mediano precio que una barata porque la última puede cambiar el sabor del tabaco y volverlo amargo, o provocar fumadas muy calientes o húmedas. Es preferible recurrir a productos de los mejores maestros piperos: se obtiene diseño, calidad, funcionalidad, prestigio y exclusividad. Estos son algunos de los custodios más reconocidos del arte de crear pipas:

- El austríaco Josef Prammer. Trabaja desde 1993 y sólo fabrica alrededor de 250 pipas exclusivas al año. Usa brezo de Calabria, Italia, y madera fosilizada de sitios arqueológicos: el delicadísimo roble de Morta (www.pfeifen-prammer.com).



- El Pfeifenstudio Hartman de Design Berlin, Alemania, es el creador de la línea de pipas Maigret, inspirada en el personaje de Simenon. El precio de sus pipas comienza en 67 euros (mil pesos) y alcanza los 200 (tres mil pesos) en modelos especiales (http://www.pfeifen-db.de).


- El italiano Baldo Baldi trabaja desde 1966 en Génova. Sólo crea 150 pipas al año porque las concibe para fumar y coleccionar: verdaderas esculturas artísticas, algunas con volúmenes asimétricos. Usa ámbar o brezo de Liguria, que se ha secado entre 20 y 25 años en su taller. Casi no usa maquinaria eléctrica y sus pipas más accesibles cuestan 500 euros -alrededor de 7,500 pesos- (http://www.ljperetti.com/pipes/baldi.html).


- El italiano Luigi Radice es maestro desde 1961. Él y sus hijos manejan estilos muy diversificados y crean las boquillas con madera de ébano. Creadores de los estilos “Pipa del Baffo” y “Caminetto”, hoy manejan el “Rubino” (cazoleta roja), “Bruno” (negra), “Radice” (madera contrastada) y “Forma libre” para coleccionistas. Producen sólo 2 mil pipas al año (http://www.thepipetart.com/radice/Luigi_Radice_pipes.htm)


- La firma sueca Vollmer Nilsson usa brezo marroquí e italiano. Maneja diseños conservadores de silla de montar y pipa recta. Los adornos en plata son creados por la misma firma (www.vollmer-nilsson.com)


- La marca inglesa de pipas más conocida en el mundo: Alfred Dunhill (www.whitespot.co.uk/flashindex.html). Famosa por su tradición y diseños clásicos, esta marca ofrece modelos actuales desde 250 hasta 400 dólares. Sus pipas son objetos de colección codiciados; por ejemplo, el grupo de dos Bruyeres de 1922 y una Bruyere “taco de billar” 1924 cuesta hoy dos mil dólares. Todo fan de pipas Dunhill debe leer The Dunhill Briar-the patent years and after, de John C. Loring (www.loringpage.com/attpipes/book.html).Costo: 20 dólares.



Ahora sí, con una buena pipa en mano es momento de la fumada lenta. Si es nueva, conviene llenar sólo la mitad de la cazoleta y usarla así en las primeras 10 o 15 veces para que forme una pequeña capa de carbón. Al llenar la pipa, la parte baja debe quedar “esponjosa” y la de arriba “dura” para que el aire circule y el tabaco no se apague. Si el tabaco está apretado, suéltelo un poco. Llene la pipa desde la bolsa de tabaco y compáctelo pero no lo apriete; sólo asegúrese de que la cazoleta está llena. Jale aire varias veces antes de encenderla para sentir su paso por la pipa –como si usara un popote-. Si no pasa bien el aire, vacíe la pipa y empiece de nuevo.



Prenda la pipa sólo con cerillos de madera o encendedor. Durante 10 o 20 segundos jale aire profundamente. Vuelva a pasar la flama por segunda vez de forma circular y jale aire; no inhale el humo como cigarrillo porque es muy fuerte. La pipa ya debe estar prendida. Aspire suave y regularmente hasta encontrar su ritmo personal. La pipa es un placer: no fume a un ritmo más acelerado sólo por mantenerla prendida; si se apaga, sólo vuelva a encenderla y disfrute.

Como por ley se han reducido los espacios públicos para fumar pipa, lo mejor es contactar a algún club de fumadores como el Círculo de la Pipa México, A.C., con contactos en Cancún, San Luis Potosí, Torreón, Taxco y León (www.circulodelapipa.org). Es conveniente porque se participa en catas de tabacos, campeonatos de fumadas lentas y, sobre todo, porque es gente que comparte el mismo gusto.

¿Y los tabacos? Es la otra cara de la moneda en el placer de fumar en pipa. Su gran variedad de sabores, notas aromáticas, mezclas, procedencias y marcas merece un artículo complementario. Pronto en estas mismas páginas nos reencontraremos para platicar de tabacos. Mientras lo escribo, fumo mi pipa con el holandés Clan, mi favorito desde hace años.