08 junio 2015

Niños de Kosovo / Deza Femijët Kosovo 2000 / Children Kosovo 2000, de Ferenc Moldoványi

Las lágrimas han sido
Las compañeras de mis ojos
Desde que nací.

Francisco Peña.


No es una cinta comercial. El ritmo lento de este documental se genera de su propia estructura narrativa y, en definitiva, está dirigida a un público minoritario al que no le asusta ir a pensar al cine. Si el lector sólo busca un rato de esparcimiento no debe acercarse a esta cinta; por el contrario, si busca algo diferente, un cine testimonial que profundiza en un problema grave, esta es una cinta muy recomendable.

El realizador húngaro Ferenc Moldonványi se adentra en los Balcanes, específicamente a la ciudad dividida de Kosovo, y crea un retrato conmovedor de los daños causados por el conflicto bélico a partir de los desgarradores testimonios de niños, adolescentes y madres de todos los bandos.

Primero recoge los testimonios de niños kosovares, cuyos padres fueron víctimas de la política de la "limpieza étnica" impulsada por los serbios. Chicos de ascendencia albanesa desfilan ante la cámara y dan su testimonio.

Moldoványi no mitiga el dolor, lo que busca es que su cámara capte la realidad psíquica de pérdida y desastre del lugar a partir de los testimoniales que los niños cuentan con sus propias palabras a cámara. Incluso, a algunos los ubica en el lugar de los hechos.

Así, presenta al chico que se salvó de milagro de una incursión serbia que terminó con todos los miembros de su familia, no sólo los hombres sino también su hermana. En algunos momentos, mientras el niño narra los acontecimientos, la cámara observa los destrozos en el interior de la casa ya desierta.


De la misma manera, la asistencia a la escuela refuerza los valores nacionalistas pero no da otra vía de salida al conflicto más que insistir en el valor de la propia cultura sin valorar la ajena.

Pero Moldoványi sube poco a poco la intensidad de los testimonios. También a cámara se encuentran tres hermanos. Sólo la hermana más grande, de 17 años, atina a narrar la muerte del padre y finalmente rompe en llanto.

El punto de partida de todas las narraciones de estos niños y adolescentes es la llegada de la milicia serbia en misión de "limpieza étnica". No se recrea ninguna acción, el terror y el miedo que causa el recuerdo está aun vivo en los rostros infantiles, que van del llanto al mutismo. En ambos casos, cualquier tipo de alegría ha muerto.


Uno de los testimonios más desgarradores es el de un niño en el campo, que cuenta la muerte de su padre y el aniquilamiento sistemático de los hombres y su barrio. El niño lucha contra el recuerdo y trata de controlar sus emociones, pero finalmente rompe en llanto. La cámara aguanta la escena en close up y capta toda la crisis infantil, para capturar como el chico se limpia las lágrimas, hace un esfuerzo y prosigue con el relato.

Otra de las secuencias más interesantes de Niños de Kosovo, que muestra la grave división entre los pueblos afectados y sus jóvenes retoños, es la que se filma en una radiodifusora de la ciudad dividida. Allí, una niña locutora recibe llamadas del sur de la ciudad (la parte kosovar-albanesa). Les pregunta como sobrevivieron a la "limpieza étnica" y recibe las narraciones o... simplemente... el llanto por télefono.

Destaca una llamada proveniente de la zona norte (la parte mayoritariamente serbia), en donde un niño de ascendencia serbia trata de entender lo ocurrido a todos. La niña locutora se sorprenden por la llamada, la primera de la parte norte, porque niños kosovares y serbios no tienen ningún tipo de contacto... No hay posibilidad de que el contacto compartido de la vida cotidiana borre las heridas mutuas.


Mientras algunos de estos duros testimonios se oyen por la radio, la cámara deambula por la ciudad en tomas generales.

Hasta el momento, Moldonványi se ha concentrado en los testimonios de niños kosovares, pero también busca los recuerdos de los serbios para equilibrar su cinta dando las visiones de los dos contrarios.

Pocos son los niños serbios que hablan por lo que la voz de esta comunidad está representada principalmente por una madre refugiada. También está el testimonio de una adolescente que ahora vive en Belgrado, y que cita párrafos de un diario donde narra la muerte del padre.

Todas las declaraciones de los niños son desgarradoras. Lo que cuentan, sumado a lo que se expresa en sus rostros, comunican el dolor profundo causado por una guerra cuyas causas no están presentes en las voces infantiles pero si sus consecuencias.

En algunos momentos, Moldonványi acude a las imágenes del presente, pero las presenta en forma impresionista, borrosas, semiabstractas. Esto sirve de contrapunto a lo que dicen los niños: no captan el presente con nitidez, lo que está vivo es el recuerdo.


A las declaraciones e imágenes el director suma una banda sonora perfectamente adecuada, lo que realza los momentos dramáticos o de "falsa paz" a lo largo de Niños de Kosovo.

Finalmente, al abarcar los testimonios de los infantes de ambos bandos, al hacerlos chocar y entrelazarse, surgen dos sentimientos nítidos en todos: el dolor de la pérdida y el rencor.

Moldoványi en su extraordinario documental sólo comunica el paisaje emocional después de la batalla: vidas dañadas cuando apenas despuntan, y con las semillas de la revancha ya sembradas. Las causas del enfrentamiento no aparecen quizás por que de raíz son absurdas o incomprensibles. La única realidad que conocen estos niños es que las lágrimas no han abandonado sus ojos desde que nacieron.

NIÑOS DE KOSOVO. Producción: Engram Film, MTV, Magyar Filunió. Dirección: Ferenc Moldoványi. Guión: Ferenc Moldoványi. Fotografía en color y blanco y negro: András Nagy. Música: Tibor Szemzó. Edición: Márta Revész. Con: Besarta Jashari, Edmond y Valdrin Iliaz Ruci, Lavdije Begir Feka, Violetaehmeti, Elfie Buletini, Dusica, Jelena, Miljana Vasic, Veljko Masic. Duración: 90 minutos. Distribución: Cineteca Nacional.