03 diciembre 2016

Happy Together, de Wong Kar-Wai

Francisco Peña.


La cinta de Wong Kar-Wai tiene una puesta en escena impecable, con atención al detalle, y con una cámara observadora y que muestra empatía hacia sus personajes.

El problema con Happy together se encuentra en el guión, que marca una serie de escenas que repiten ambientes y actitudes de los personajes, sin que enriquezca la psicología ya planteada, sin que haga avanzar la historia.



Es una buena película que se disfruta en los detalles, pero que deja una sensación de que se alargó demasiado y que algunos cortes en la edición la hubieran concretado, para darle mayor impacto narrativo.

Happy together, de entrada, no oculta su análisis de una relación homosexual. De hecho, las primeras escenas son realmente las más fuertes al contar una relación sexual entre los dos amantes nacidos en Hong Kong y que, por azares del destino, terminan varados en Buenos Aires, Argentina.

Una vez que Wong Kar-Wai ha mostrado su escena fuerte, puede dedicarse a lo que más interesa y en donde puede desplegar su capacidad como realizador: el estudio de los ambientes y los matices de los personajes en una relación homosexual.


Sin embargo, el hecho de que sean homosexuales no convierte a la cinta ni en pornografía ni en panfleto gay militante. Kar-Wai aborda la situación de los amantes a partir de los distintos matices que adopta la relación en su devenir cotidiano.

En ese sentido, Happy together plantea dos puntos. El primero se refiere a que, en lo general, las relaciones gay mantienen una estrecha semejanza con las relaciones heterosexuales. El segundo se refiere a que las relaciones gay son distintas socialmente porque tienen que desarrollarse en espacios sociales donde son permitidas o toleradas.

Respecto del primer punto, el realizador hace una radiografía del desarrollo de una relación, que es muy semejante a la que puede darse entre dos seres humanos sin el sello determinista del género. Es decir, si los personajes de la cinta hubieran sido hombre y mujer, o dos mujeres, las situaciones emocionales no serían esencialmente distintas. El cambio probablemente hubiera sido en los ambientes en que se desarrolla la trama.


En ese sentido, el surgimiento de los celos, de la infidelidad, de los pleitos y reconciliaciones interminables, de las pequeñas soledades, de los ligues con terceros, de los diálogos que muestran la esgrima del rencor o del amor, no dependen de la condición de género de los personajes específicos. Más bien podrían compartirse todas estas situaciones por todos los seres humanos en general en sus relaciones amorosas.

Bajo este enfoque, la cinta de Wong Kar-Wai es valiosa porque encuadra las relaciones de sus dos amantes homosexuales en un contexto humano más amplio, por lo que pueden entenderse y asimilarse por un público más general. No hay prédica, ni queja, ni situaciones gratuitas que empujen la mirada del espectador hacia uno u otro punto de vista. El realizador deja al público en libertad para compartir sus observaciones.

En referencia al segundo punto, los diferentes ambientes que cobijan las acciones de los dos amantes son espacios delimitados por el encuentro mutuo o la ausencia de éste. Tienen algunos rasgos particulares porque son los espacios de encuentro gay, como el que se da en el cine porno; pero el realizador no hace énfasis en situaciones álgidas o patéticas sino que los describe como espacios que tienden a la normalidad. Este es otro punto a favor de Happy together.


Las tensiones de la pareja se narran a partir de un viaje a las cataratas de Iguazú, pero el desmoronamiento de la relación, tal como es narrado, le puede ocurrir a cualquier ser humano. Es en los matices, diálogos y puesta en escena donde el director va enriqueciendo la situación y mostrando el interior de sus personajes.

Lai Yu-Fai es el amante que espera, que sufre la soledad y los desaires. Por ejemplo, Yu-Fai es el portero de un restaurante al que acude su ex pareja Ho Po-Wing con otros amantes homosexuales de ocasión, ya que se prostituye.

Kar-Wai, con gran tino en la dirección de cámara, en los encuadres y el manejo de cámara, muestra sin juzgar los pequeños juegos cotidianos de una pareja. Así, los gestos pequeños de rechazo de un amante al otro se comprenden en la dimensión real que toma para la persona afectada.

Esta es la propuesta estética que permea toda la cinta.

Kar-Wai la usa tanto en situaciones agresivas como en las de convivencia cotidiana con tensión.

Por la parte agresiva, está la escena del hotel donde vive Ho Po-Wing. Allí los dos amantes se encuentran luego de un periodo de separación. Lai Yu-Fai hace una escena de reclamo y celos donde desfoga toda su frustración; en cambio, Ho Po-Wing sólo buscaba el sexo ocasional sin mostrar mayor interés emocional.

En relación a la cotidianeidad, Kar-Wai enseña la cualidad de su mirada cinematográfica en la casa de huéspedes donde vive Lai Yu-Fai, que recoge a su amante herido. Allí, observa con empatía a la vez que con cierta distancia las pequeñas nimiedades que erosionan o enriquecen una relación humana de pareja. Desde los brincos de los amantes entre cama y sofá, la preparación de los alimentos en la cocina comunal, y los tangos ejecutados en el cuarto y la cocina, el realizador viste a sus personajes con detalles que abren múltiples ventanas a su psicología, concentrándose en el abandono y soledad de Lai Yu-Fai.

Una vez planteada la situación, Kar-Wai continúa la narración enfocándose en la liberación emocional de Lai Yu-Fai, que encuentra un posible compañero en el cocinero Chang.

No se establece una relación concreta entre ambos, pero le permite al director analizar ciertos rasgos del amor platónico, que marca perfectamente en detalles como la grabación de un mensaje o el robo de una fotografía del amante platónico.

La objeción que surge a partir de la visión de Happy together es que Kar-Wai repite algunas de las situaciones, sin ir añadiendo datos sobre trama y personajes, lo que hace que la película se sienta un poco larga. Como se dijo anteriormente, una edición más firme hubiera conseguido un mayor logro fílmico.

Pero el Premio al Mejor Director en el Festival de Cannes de 1997 se entiende al ver la calidad de la realización de Kar-Wai, destacando su atención al detalle y la capacidad demostrada en la puesta en escena en Happy together.

HAPPY TOGETHER. Producción: Block 2 Pictures, Jet Tone Production Co., Prenom H. Company, Seowoo Film Company, Chan Yecheng, Ye-Cheng Chang y Wong Kar-Wai. Dirección: Wong Kar-Wai. Guión: Wong Kar-Wai. Año: 1997. Fotografía en color y blanco y Negro: Christopher Doyle. Música: Danny Chung. Edición: William Chang y Ming Lam Wong. Con: Leslie Cheung (Ho Po-Wing), Tony Leung Chiu Wai (Lai Yiu-Fai), Chen Chang (Chang). Duración: 97 minutos. Distribución: Latina.