05 mayo 2015

Marilyn Chambers: la luz de la diva porno se apagó (1952-2009)

Marilyn Chambers fue reina indiscutible del porno duro: creó el arquetipo de belleza y conducta sexual que siguieron cientos de mujeres y mojó los sueños de millones de hombres.

Francisco Peña / Cortesía de Milenio Diario.


Marilyn Ann Briggs es un nombre que no le suena a nadie. En cambio, Marilyn Chambers evoca en millones de hombres en todo el mundo una cara angelical teñida de placer sexual irrefrenable. Para varias generaciones de erotómanos, Marilyn fue el oscuro objeto de deseo y la maestra oculta que les descubrió el sexo y sus múltiples variaciones placenteras entre géneros. Hoy su rostro, cuerpo y aventuras sexuales vuelven a la memoria de sus fans por su muerte acaecida a los 56 años, el 12 de abril de 2009.


A sus fans (unos a plena luz, la mayoría en lo oscurito) Marilyn Chambers les mostró que el sexo iba más allá de la posición de misionero y el “rapidito”. Los tomó de la mano (literalmente) y los llevó a explorar el mundo del sexo anal, de grupo, donde la protagonista buscaba su propio placer y no sólo el del macho; a algunas mujeres que por curiosidad se asomaron a su mundo, les planteó el placer lésbico. A todos por igual los introdujo al bondage. De la misma forma, marcó el camino a las estrellas posteriores del porno: cuerpo atractivo pero normal, rostro bello donde destacaban sus ojos verdes y, sobre todo, el impúdico gozo que mostraba en el momento de su propio placer.


Al difundir su propia manera de gozar el sexo, Marilyn Chambers aplastó a la sosa y aburrida Linda Lovelace y sus mecánicas felaciones e hizo polvo la vulgaridad y falso erotismo de Vanesa del Río, sus rivales contemporáneas. Hoy, el culto y la estatura mítica que alcanzó socialmente Marilyn Chambers sólo lo comparte Nina Hartley, la otra gran diva histórica. Muchas aspirantes han existido -y existirán- como Jenna Jameson, Felecia, Justine Jolie, Chastity Lynn, Dana Dearmond, Kristina Kahill, Dakota Skye y Sinn Sage (en Estados Unidos) y Katsumi, Gina Devine, Jo y Eufrat (en Europa). Las demás, en su gran mayoría, son rostros y cuerpos intercambiables en la gran línea de producción de la industria porno que genera ganancias de millones de dólares..


Aunque se oculte hipócritamente su importancia real, Marilyn Chambers cambió la manera de ver porno y, por ende, las formas de tener sexo de ellos y ellas. Logro nada despreciable para quién fue rostro del suavizante de ropa para niños Ivory y la actriz novata que los famosos hermanos Mitchell inmortalizaron en Behind the Green Door/Detrás de la puerta verde (1972) en una San Francisco que ya no existe.



Reconociendo un nicho especial para la cinta bondage Never a tender moment (1979), la cima de su carrera porno fue Insaciable (1980). En distintas ocasiones la consideró su mejor película, actuación y con su mejor escena: la famosa penetración anal sobre una mesa de billar que efectúa John Holmes mientras Marilyn, viendo a cámara y gimiendo, expresa que aún está insatisfecha.



No todas sus cintas fueron porno, ya que incursionó en el cine comercial –por ejemplo, en Rabid, de David Cronenberg-, pero ante los 80 videos al año en que actúa cualquier actriz porno actual, las 34 que filmó parecen pocas para tanta fama mundial. El secreto del éxito erótico de Marilyn estribó en que fue una de las caras de la revolución sexual de los 70: siempre estuvo en la cresta de la ola al ser icono promotor de nuevas conductas sexuales. Tan es así que, aunque semirretirada del medio, fue una de las impulsoras del sexo de las mujeres maduras en pantalla: la vida sexual de la mujer no se acaba a los 30 ni se convierte en un ser asexuado en la madurez. Sólo Nina Hartley (¡otra vez!) ha recorrido ese camino.


En 2009, la actriz que comenzó su carrera con el escándalo Ivory cerró su viaje existencial. Muchos de los que nos iniciamos en el laberinto erótico con Marilyn lamentamos su partida: su luz se apagó, su culto permanecerá.

Marilyn Chambers en 2008.