11 enero 2021

Una revolución en toda regla / Period. End of sentence, de Rayka Zehtabchi

Angélica Ponce.

El mundo no puede avanzar sin las mujeres, porque las mujeres somos las creadoras del Universo. Sneha


La menstruación se debate entre la invisibilidad y el tabú. Aunque los tiempos han cambiado y hay una mayor apertura en el Occidente ¿han notado qué pasa si, en una mesa, mientras se comparte una deliciosa comida alguien dice “periodo” y ya no digamos “menstruación”? Hagan el experimento, no importa si todas son mujeres o es un grupo mixto… se sorprenderán.


¿Por qué es importante hablar de la menstruación? Primero, porque es algo por lo que atravesamos todas las mujeres, poco más de la mitad de la población mundial, y segundo porque casi nadie habla con seriedad de ello.

En Occidente, para bien y para mal, hemos aprendido a burlarnos o a defender el periodo, de lo que implica y padecemos o disfrutamos. Abrimos la conversación y, a veces, nosotras mismas nos mofamos de ello o lo satanizamos. Yo, por ejemplo, reconozco que SÍ, ME PONGO HORMONAL… no lo sufro, pero tampoco lo celebro (¡¡¡escándalo!!!).

En 2019, el corto Period. End of sentence ganó un Oscar. Un cortometraje sobre la menstruación en Hapur, una comunidad rural cercana a Dehli, en la India. Mientras la miraba pensaba en algunas de las comunidades indígenas de México, en nuestras niñas occidentales, tan cerca de la precariedad educativa y tan cercanas a los usos y costumbres que las condenan a un matrimonio en la infancia y a la ignorancia de su cuerpo y de su salud sexual.

Pero lejos de ser una cinta que sentencia o acusa, el filme de Rayka Zehtabchi es una historia de cambio, es un corto propositivo, donde el discurso lo dan las mujeres a favor de las mujeres.

Sneha, una joven india, quiere ser policía, quiere tener una vida construida por ella misma y no por un marido ni una dependencia económica de un varón. Su principal obstáculo es mantenerse en la escuela, esa que la mayoría de las niñas abandonan cuando comienza su periodo menstrual porque no tienen toallas sanitarias ni un espacio para cambiarse las compresas de tela que se fabrican en casa.

Las niñas abandonan la escuela porque el periodo es malo, es sucio, huele y se ve mal. Y los niños, lejos de entenderlas y darles espacio, las espían y acosan para humillarlas. Ellas, entonces, claudican a los estudios.

La vergüenza limita y condena, y cuando Sneha descubre que hay otro camino, que las mujeres pueden ser libres y autónomas laboral y económicamente conoce a Arunachalam Muruganantham, un activista e inventor de la máquina de toallitas sanitarias baratas, que le da una opción a ella y otras mujeres para seguir sus sueños, olvidándose de pequeños grandes problemas como es la menstruación.

El corto de Rayka Zehtabchi es una gran cinta, que nos hace voltear a nuestro cuerpo, a nuestras ventajas en la sociedad que vivimos y, sobre todo, una gran ventana para apoyar y cuidar a nuestras niñas, a nuestras mujeres… El empoderamiento femenino comienza apoyando sus sueños que, a final, son los sueños de todas las mujeres. Nadie necesita limosnas ni dádivas, necesita herramientas para crecer y crear, y las mujeres lo hemos aprendido a lo largo de la historia de la humanidad.

Corto completo: http://www.raykazehtabchi.com/works

También se puede ver en Netflix.

Duración 26 minutos. 2018.