Por Francisco Peña.
Pongo a su consideración dos críticas de cine del mismo crítico neoyorquino Joseph Gelmis. En su primera visión de 2001: odisea del espacio, Gelmis rechazó la película de Kubrick aunque se sentía mal por hacerlo. Gelmis volvió a ver la película para entender su propia molestia. El resultado es que se dio cuenta de su error de juicio crítico.
Con una humildad poco usual, a los pocos días Gelmis publicó otra crítica nueva, en donde reconocía su error, analizaba el proceso por el cual había ocurrido (paradigmas viejos que no dan cuenta de un nuevo film que cambiaba la estética fílmica en el medio del cine) y llamaba a 2001 una obra maestra.
Como ejemplo de humildad intelectual y humana, ante la expansión obsesiva de la soberbia amateur en el campo del cine, publico estas líneas para el análisis detallado por parte de l@s lector@s de Film Paradigma.
2001: ODISEA DEL ESPACIO, FRACASA GLORIOSAMENTE
Por Joseph Gelmis
Publicado en Newsday el 4 de abril de 1968.
La brillantez del cineasta Stanley Kubrick lo ha llevado a tratar de sobrepasar la originalidad, audacia y profecías de su Dr. Strangelove. Su inmenso talento ha producido 2001: odisea del espacio, una de las películas más bizarras que se hayan hecho.
Los preparativos para esta ambiciosa alegoría evolutiva sobre el origen y destino de la humanidad comenzaron hace cuatro años, poco después del estreno de Dr. Strangelove, la comedia de humor negro sobre el fin del mundo, de Kubrick. Bajo los parámetros normales del drama, supongo que este nuevo film es un glorioso fracaso espectacular.
Pero no estoy completamente seguro de que, en justicia, los parámetros convencionales puedan aplicarse a 2001: odisea del espacio. Aunque es pretenciosa e inconexa dramáticamente, sus efectos especiales crean su propia realidad y la ponen en una clase propia, donde no hay estándares contra los cuales pueda ser juzgada. Existe en sus propios términos como una experiencia única.
El guión de Stanley Kubrick y Arthur C. Clarke es una expansión del cuento de Clarke llamado El Centinela / The Sentinel, sobre el descubrimiento en la Luna de un emisor de señales dejado por una raza extraterrestre superior, como una alarma para alertarlos cuando los humanos hayan evolucionado lo suficiente para dejar la Tierra y viajar en el espacio.
En el film, el objeto extraterrestre actúa como partera de la evolución humana. A lo largo de tres horas, con un intermedio, el film es una saga de la evolución, desde los hombres mono de Leakey hasta el hombre moderno del siglo XXI y, finalmente, a la nueva (y no especificada) etapa de desarrollo. El objeto extraterrestre está presente para inspirar cada cambio.
El misterioso monolito aparece en la Tierra entre los monos en el Amanecer del Hombre, en la Luna cuando el hombre moderno está en el umbral de descubrir su lugar en el universo, en órbita alrededor de Júpiter, y al pie de un simbólico lecho de muerte, donde la raza humana contemporánea para al siguiente estado evolutivo. Para Kubrick, el monolito parece representar la Fuerza de la Vida, o un Principio Evolutivo, o Dios, o una Supercosa Extraterrestre que guía a la humanidad por varios renacimientos.
Por lo que se refiere a los efectos especiales de viaje en el espacio, 2001: odisea del espacio es un espectáculo fílmico sin paralelo. Cada detalle minúsculo de la operación rutinaria del vehículo que va de la Tierra a la estación espacial, la estación espacial con un Hilton, el ferry a la Luna, la base lunar y la nave interplanetaria, se muestra como si fuera actual, muy realista. Los sets, construidos con la asistencia técnica de firmas corporativas, son los más realistas y funcionales que se hayan visto en el cine por décadas.
En escenas como en la que la cámara sigue a Gary Lockwood (Poole) en un continuo círculo mientras hace sus ejercicios diarios a lo largo del piso que se convierte en techo, de manera sorprendente Kubrick establece una forma y un ritmo de vida que parece muy común en el contexto del film, pero que de hecho no existirá por décadas fuera de la película.
Astronauta Poole (Gary Lockwood).
Hay secuencias muy realistas y convincentes con Keir Dullea (Bowman) y Gary Lockwood flotando fuera de la nave mientras hacen reparaciones. Si el resto del film fuera tan bueno como sus efectos especiales, 2001: odisea del espacio sería una obra maestra, un clásico. En cambio, como un todo, es confusa, decepcionante, insatisfactoria e inconexa.
Debido a que sus personajes son estandarizados, blandos, despersonalizados, casi robots que han claudicado de su humanidad en favor de las computadoras, el film es antidramático y se autoderrota. Se mueve a un ritmo lento, empantanado. Es pedante y condescendiente en sus lecciones de historia. Y, aunque deslumbra al ojo, insulta al oído con una de las peores bandas sonoras jamás producidas.
Kubrick usa El Danubio Azul para enfatizar como los hombres han transformado la maravilla del viaje espacial en un vuelo banal donde los pasajeros duermen, comen o leen. El vals, usado para indicar que la humanidad da vueltas en círculos, es también un contrapunto irónico a las imágenes "sexuales" del acoplamiento de la nave con la estación espacial (como Kubrick usó la canción romántica como fondo para el reabastecimiento aéreo de combustible en Dr. Strangelove). Pero la idea es excesiva y cansada, como todos los otros efectos de sonido.
El film mezcla de manera inestable un realismo clínico con la alegoría metafísica. Abandona el argumento por la simbología.
El viaje ultrarrealista de la Luna a Júpiter en busca de los extraterrestres resulta ser un alegórico viaje evolutivo. Dullea (Bowman), como Cualquier Humano, guerrea con su computadora para retomar el control de su destino. En su nave, Discovery, Dullea parece que descenderá en Júpiter, pero en el camino se encuentra con el monolito negro y pasa por una experiencia psicodélica de expansión de la mente, con diseños caleidoscópicos de luces y colores.
De pronto parece que ha aterrizado pero no en el planeta sino en el futuro, en un cuarto extraño donde, como símbolo de toda la humanidad, se vuelve viejo y, en su lecho de muerte, busca el Principio Evolutivo, que lo ayuda a evolucionar a la siguiente etapa de desarrollo: un infante. La evolución parece ser una alusión bíblica de cómo uno debe renacer como un niño antes de entrar al reino del cielo.
El film brinca erráticamente. Los episodios no están estructurados lógicamente hasta los últimos momentos del film. Es un error, en lugar de suspenso lo que hay es sorpresa y confusión y, para muchos, resentimiento.
Traducido de:
Agel, Jerome. The Making of Kubrick's 2001. The New American Library, Inc., New York. Séptima edición, 1978. pp. 263-265.
OTRA MIRADA A ODISEA DEL ESPACIO
Luego de ver la película una segunda vez, el crítico de Newsday, Joseph Gelmis, llamó a 2001 una obra maestra. Con humildad se retractó de su primera crítica y se convirtió uno de los impulsores del film en Nueva York. (Francisco Peña).
OTRA MIRADA A ODISEA DEL ESPACIO
Por Joseph Gelmis.
Publicado en Newsday el 20 de abril de 1968.
Hace como cien años Moby Dick fue maldecida elocuentemente y desechada por uno de los críticos literarios más influyente y erudito de Gran Bretaña. Argumentó de manera muy persuasiva que el libro era una porquería. Ridiculizó su lirismo y su misticismo poético. Dijo que era un fracaso total porque no seguía los cánones aceptados de cómo debería escribirse una novela del siglo XIX. Estaba en lo correcto. Sin embargo, hoy hay quizás seis estudiosos que pueden recordar el nombre del crítico, mientras que todo preparatoriano conoce el nombre del novelista condenado.
Algunas veces el crítico profesional está atrapado por su propia necesidad de tener categorías y convenciones convenientes. No puede operar a diario en un vacío. Así que construye un marco de referencia estético, un sistema de valores, que le den estándares para juzgar cada film nuevo. Se aproxima a cada película con ideas de qué forma debe tener. Es el custodio de lo familiar, el promotor del status quo.
Cuando llega un film de tan extraordinaria originalidad como 2001: Odisea del Espacio, de Stanley Kubrick, alebresta a los miembros de la crítica cinematográfica establecida porque existe "fuera" de su marco de referencia para percibir y describir a las películas. Están amenazados. Sus bromas más pulidas y sus mejores afirmaciones son inútiles porque los estándares convencionales no se aplican. Necesitan un ojo inocente, reflejos no condicionados y un vocabulario flexible. Con una sola excepción (Penelope Gilliatt del New Yorker), los críticos de diarios y semanarios desecharon el film como una decepción o un fracaso ambicioso.
Keir Dullea como el astronauta David Bowman.
En mi propia crítica escribí: "Bajo los parámetros normales del drama, supongo que este nuevo film es un glorioso fracaso espectacular. Pero no estoy completamente seguro de que, en justicia, los parámetros convencionales puedan aplicarse a 2001: odisea del espacio. Aunque es pretenciosa e inconexa dramáticamente, sus efectos especiales crean su propia realidad y la ponen en una clase propia, donde no hay estándares contra los cuales pueda ser juzgada. Existe en sus propios términos como una experiencia única."
Había luchado, contra el tiempo de cierre, con esta primera crítica, reescribiéndola tres veces. Nunca dije lo que quería decir. Básicamente, quería decir que era una película fascinante que no funcionaba. Luego leí las otras críticas y casi todas eran igual de culpables de, como los villanos de Dr. Strangelove, un exceso de histeria.
Uno de los axiomas de la crítica cinematográfica dice que si no te gusta una película la primera vez que la ves, olvídalo, tampoco le gustará al público. La audiencia sólo tiene una oportunidad para ver la película, así que ésta tiene que afirmarse tan clara y rápidamente como sea posible. Por razones puramente económicas, esto es verdad sobre todo cuando se trata de una épica de aventuras en Cinerama que costó 12 millones de dólares, y que debe interesar a un público masivo para recuperar su inversión.
De todas maneras volví a ver la película otra vez. Sospechaba que la crítica en contra era un síntoma de reacción nerviosa, semejante a la hostilidad del crítico del siglo XIX ante una nueva forma que amenazaba los parámetros de su conocimiento.
Después de ver por segunda vez 2001: odisea del espacio, estoy convencido de que es una obra maestra. Tómenlo de un crítico que desconfía de los superlativos: este film está adelantado años luz de cualquier ciencia ficción que hayan visto, y le debe más a las visiones místicas de Jung y William Blake que a H. G. Wells o Julio Verne.
El problema de recomendar 2001: odisea del espacio es que seguramente no se capta por completo sino hasta una segunda visión de la misma. Y quizás es pedirle mucho esfuerzo y dinero al espectador para un film de tres horas que cuesta más de tres dòlares por persona. Los despersonalizados seres humanos de Kubrick son antidramáticos y eso es un autofracaso cinematográfico. El ritmo es lento y los personajes no son interesantes y uno puede impacientarse por conocer la trama. Uno puede estar dispuesto, como yo lo estuve, a sacrificar los pequeños detalles de la operación de la nave. Pero es precisamente el peso acumulativo de haber experimentado una especie de infierno junto con Keir Dullea, lo que convierte a la resurrección simbólica de este hombre del siglo XXI en una hermosa reafirmación de la vida profundamente conmovedora.
El film falló como drama la primera vez que lo ví porque no me mantuvo hechizado. Pero la visión de la humanidad de la era espacial, a tan sólo un hueso en el aire de distancia del hombre prehistórico, no parecía estar relacionada estructuralmente con el resto del film sino hasta las escenas finales. Era realista y sin emociones hasta que Kubrick nos muestra sus sorpresivas alegorías.
Porque Kubrick usa más la sorpresa que el suspenso es que el film está lleno de secuencias que parecen largas o confusas, hasta que se ven en contexto en una segunda visión. Alfred Hitchcock, el maestro del suspenso, dice que para que haya suspenso "el público debe estar consciente de todos los hechos involucrados". En un misterio, dice, "no hay suspenso sino una especie de rompecabezas intelectual". El misterio genera una especie de curiosidad vacía de emociones, y la emoción es un ingrediente esencial del suspenso".
El prólogo con los hombres mono y el epílogo con la evolución del niño de las estrellas son dos de los momentos más emocionantes en 2001. Los efectos especiales, sobre todo Dullea (Bowman) flotando mientras le hace la lobotomía a HAL son sorprendentes. Desde que el film se estrenó en el Capitol Theatre, Kubrick recortó 19 minutos para acelerar la acción y redujo el nivel de la banda sonora, y añadió dos títulos para aclarar el lugar de la acción.
Son las únicas concesiones que ha hecho en un film que demanda de su público una aceptación sin compromisos bajo sus propios términos.
Traducido de:
Agel, Jerome. The Making of Kubrick's 2001. The New American Library, Inc., New York. Séptima edición, 1978. pp. 265-268.
2010: el año que hacemos contacto / 2010: the year we make contact, film de Peter Hyams.
The Odyssey File. Correos electrónicos entre Arthur C. Clarke y Peter Hyams durante la elaboración del guión de 2010.
2010: de la novela al guión, por Steven Jongeward.
MATERIAL RELACIONADO.
2001: odisea del espacio /2001: a space odyssey, de Stanley Kubrick. Primera aproximación.
Arthur C. Clarke (1917 - 2008). In Memoriam.
Mundos perdidos de 2001. Libro de Arthur C. Clarke sobre la realización de 2001 (fragmentos).
Stanley Kubrick: Odisea del Cine. Ensayo de Gian Piero Brunetta.
2001: odisea del espacio, fracasa gloriosamente y Otra mirada a Odisea del Espacio, dos críticas (en contra y luego a favor), de Joseph Gelmis.