26 agosto 2015

Arca Rusa / Russian Ark, de Alexander Sokurov

Francisco Peña.

El mar nos rodea. Estamos destinados a vivir por siempre.


El gran atractivo que ofrece al espectador la cinta Arca Rusa es que está filmada en un sólo plano secuencia de 96 minutos de duración.

El plano secuencia es una sola toma en donde corre la cámara sin corte ni interrupción. Todas las acciones captadas por la cámara quedan sin alteraciones y no se interrumpe la imagen con otras tomas colocadas posteriormente durante la edición.

La edición es el encadenamiento de distintas tomas para narrar una escena o una secuencia narrativa de la historia. Pero el plano secuencia se distingue porque no hay cortes que interrumpan una toma de larga duración, donde grandes partes de una película son captados con una cámara participante u observadora.

En el plano secuencia se graba la puesta en escena en tiempo real de producción, pero a nivel narrativo en una sola toma pueden mezclarse presente, pasado y futuro.



En ese sentido, el plano secuencia puede ser artísticamente muy complicado en su ejecución pero muy satisfactorio en su resultado estético. Es de tal complejidad en su montaje escénico que hay pocos directores en el mundo que han llegado a ser virtuosos de este recurso cinematográfico.
Recordemos algunos de estos directores:

- El griego Theo Anghelopoulos. En una de sus cintas clásicas, El Viaje de los Comediantes / O Thiasos, recurre al plano secuencia para narrar tres planos narrativos: una obra de teatro clásico griego, la historia de una familia que encarna una tragedia griega y la historia reciente de Grecia desde 1939.



- El italiano Bernardo Bertolucci. Usa el plano secuencia en momentos de virtuosismo cinematográfico. Algunos de los más conocidos y llamativos se encuentran en 1900, El Conformista y Antes de la revolución.



- El italiano Ettore Scola, quien los ha usado en películas como La Cena y Enemigo, querido enemigo.



- El húngaro Miklos Janscó en cintas como El Salmo Rojo y Vicios privados, virtudes públicas.



- El húngaro István Szabó, en cintas como Coronel Redl, Encuentro con Venus, Hanussen y Sunshine.



- Andrzej Wajda, por ejemplo en Las Bodas.



El plano secuencia, tal como lo usan estos directores y otros más, es una herramienta delicada pero potente para narrar en pantalla. Permite que la cámara sea activa -a veces es un personaje más-, se puedan hacer subjetivas, se realicen grandes "frescos" de imágenes, se usen distintos manejos del tiempo en un mismo escenario, etc.

Durante años se hicieron experimentos buscando el plano secuencia total, donde toda la narración cinematográfica estuviera contenida en una sola toma fílmica (o en el menor número posible).

Pero al igual que la filmación de la Trilogía de El Señor de los Anillos fue posible hasta que la tecnología alcanzó un desarrollo que permitiera llevarla a la pantalla, las cintas en una sola toma nacen cuando dicha tecnología (ya computarizada) tiene la capacidad de almacenar una película en una sola toma.


El realizador ruso Alexander Sokurov usa dicha tecnología para filmar Arca Rusa en una sola toma. En este plano secuencia Sokurov se interna en el actual museo de L'Hermitage y lo convierte en un laberinto de tiempos históricos de Rusia.

Sigue sin interrupciones el plano arquitectónico del edificio y va encadenando habitaciones, salas y salones en un orden histórico que devela momentos de la historia rusa hasta antes de la Revolución de Octubre de 1917 con algunos saltos al presente del museo.

Este plan tan ambicioso, de recorrer momentos de la historia rusa, de mezclar tiempos históricos en una sola puesta en escena, de recorrer los puntos significativos de L'Hermitage, y plasmarlos todos en un solo y único plano secuencia de 96 minutos de duración tiene brillantes resultados estéticos y cinematográficos.


Sin embargo, la parte final de la cinta Arca Rusa (el baile con orquesta y la salida de los invitados del palacio) es de una brillantez técnica y artística que vale por toda la cinta.

Sokurov aprendió las mejores lecciones de Anghelopoulos (compactar distintos tiempos históricos en una sola toma), por lo que no tiene miedo de mover su cámara activamente tanto como observadora como participantes.

Por los momentos históricos que narra, la puesta en escena que el director escogió para algunos de ellos y la manera en que capta unos cuantos (más pictórica que de acción) la cinta tiene ciertas pausas rítmicas. Mantener siempre la misma intensidad en un sólo plano secuencia era un trabajo muy riesgoso.


Lo que es innegable es la brillantez técnica de la complejísima puesta en escena, la hermosura intrínseca de L´Hermitage, el lujo de los elementos escenográficos, la calidad pictórica / dramática de los momentos históricos. Cuando todos estos elementos se unifican, Arca Rusa entrega al espectador momentos depurados de buen cine de arte, entre los que destaca su final.

Los periódos históricos que aparecen en la cinta son, en el siguiente orden:

- Introducción. Un conde francés y un cineasta ruso actual se encuentran como "fantasmas" recorriendo el Museo del Hermitage. Siguen a unos oficiales y sus novias, que han sido invitados a un baile. Así entran al edificio.

- Pedro el Grande (breve).


- El Despotismo Ilustrado encarnado en la figura de Catalina la Grande, con la actividad teatral y de conciertos de música barroca que que celebraban en El Hermitage.


- Un periodo de la actualidad, donde el palacio ya es un museo y nos encontramos en la época actual, luego de la caída del comunismo. Se divide en cuatro partes en donde la cámara recorre como un visitante más un pasillo y tres salas. Se comparan algunos de sus pasillos con los de el Vaticano, se visita la Galería Italiana, la sala de escultura con énfasis en una obra de Canova y la Sala de los Flamencos.


- Cuadros descolgados y embodegados, que se refieren al período del Sitio de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial.


- El Zar Nicolás I recibe al embajador de Persia para recibir sus disculpas por incidente entre los dos países.


- Problemas económicos actuales para la conservación del Museo del Hermitage.


- Escena familiar. Una comida íntima de la familia del Zar Nicolas II, con su esposa, el tzarevich Alexei, sus hermanas (la famosa Anastasia).


- La Secuencia Final: el baile en la Corte y la salida de los invitados del edificio. Sin duda, la secuencia más hermosa y compleja del film.


Como podemos ver, el plano secuencia sigue una doble ruta. Por un lado sigue una ruta histórica y por el otro sigue la ruta del plano arquitectónico del Museo. Ambas se entreveran y marcan la narración general de Arca Rusa: La Historia Rusa y la paralela del museo mismo, ambas mezcladas.

Una subtrama de la cinta es la alternancia en el poder cultural y político de europeizantes y eslavófilos. Es decir, cuando la cultura rusa se inclinaba hacia la influencia de Europa Central y Occidental, o cuando sus gobernantes buscaban la "esencia del alma rusa", es decir, cuando se centraban en sí mismos como potencia entre los pueblos eslavos y orientales.

La secuencia de Introducción es llamativa y al ligarse con la de Pedro el Grande y Catalina la Grande marca ya la tendencia general de la película de Sokurov. La idea es buena, pero como dijimos, las pausas se presentan en la intensidad dramática.

Una parte brillante del film es la que se refiere a Catalina la Grande. El teatro de la época y la música barroca se sienten como presencias vivas, arropadas por el despotismo ilustrado de esta mujer.


Todas las secuencias de la actualidad (Hermitage como museo) en el pasillo, la Galería Italiana, la sala de esculturas y la Sala de los Flamencos marcan el uso de la cámara dentro del plano secuencia como una observadora de lo que ocurre en el edificio: los encuentros de las personas, opiniones sobre las obras de arte que se albergan allí.

Es decir, la interrelación del espectador que mira obras, lugares, y a las mismas personas en el acto de ver el arte. Así, toma sentido un diálogo del film: el Hermitage fue creado para los sueños de los zares con Italia (su cultura y arte).

En donde la cámara se detiene a observar con detalle son en las obras de Canova, la Virgen con perdices (Van Dyck), obras de Rubens y El Greco. Al compartir su visión con el espectador, la cinta pierde intensidad dramática, lo que puede desconcertar al espectador. Pero quien se regocija con la pintura hallará placer en estas secciones.


En cambio, las secuencias que se refieren a los zares Nicolás I y Nicolás II son excelentes en la reconstrucción de época y ambiente. Hay más movimiento en el cuadro y, aunque la cámara sigue siendo observadora, ya vemos un cambio a mayor dinamismo.

Aquí la cámara es una observadora participante y parece que "se mete" dentro de las escenas de los zares, como si recorriera el interior de pinturas tridimensionales. La puesta en escena de los ambientes zaristas está hecha con toda precisión para resaltar la belleza de los lugares.

Como muestra del cuidado del detalle, en la escena de Nicolás I se habla de la Vajilla del Camafeo; en la segunda está presente en la escena familiar uno de los dos marineros encargados de la seguridad física del tzarevich hemofílico Alexei.


La secuencia final es la más sobresaliente de la cinta. La cámara deja la observación y se convierte en participante. O puede ser que aun más: la cámara -y el espectador- comparte. La cámara deambula entre quienes bailan, se mete entre la orquesta mientras tocas mazurkas.

En lugar de recorrer salas y pasillos sólo para observar, participa en las actividades festivas en el Gran Salón Nicolás.



Pero quizás la puesta en escena más interesante del film es su final - final: la salida de los invitados del edificio. El largo descenso por las escaleras, el dolly back donde la cámara rebasa a los invitados, es un momento de cine puro por lo que vale ver esta película.


La gran metáfora visual, histórico-pictórica de Arca Rusa, puede resumirse en la frase:

El mar nos rodea. Estamos destinados a vivir por siempre.

Es decir, el alma rusa, su gente, es eterna. Vivirá en su historia, en su cultura y, claro, en su cine.


ALEXANDER SOKUROV ARCA RUSA / RUSSKIJ KOVCHEG. Dirección: Alexander Sokurov, Año: 2002. Guión: Anatoli Nikiforov y Alexander Sokurov. Fotografía en color: Tilman Büttner. Música: Sergei Yevtushenko, piezas de Glinka, Telemann, Tchaikovski y Persella. Edición: SDergei Ivanov, Betina Kuntzsch, Benny Drechsel y Undine Simmang. Con Sergei Dreiden (Marqués de Custine), María Kuznetsova (Catalina la Grande), Leonid Mozgovoy (el espía), Alexander Chaban (Boris Piotrovski), Maxim Sergeyev (Pedro el Grande), Yuliy Zhulin (Nicolás I), Svetlana Svirko (Alexandra Fedorovna, esposa de Nicolás I), VLadimir Baranov (Nicolás II), Anna Aleksahina (Alexandra Fyodorovna, esposa de Nicolás II). Producción: Hermitage Bridge Studio, Egoli Tossell Film AG, Fora Film, Kopp Media, WDR, AST, NHK, Andry Derbayin, Jens Meurer, Karsten Stöter, Sven Boeck, Sabine Rollberg, Hans R. Eisenhauer, Andrei Razumovski, Sergei Astakhov, Nobuo Isobe.. Duración: 96 minutos. Distribución: Cineteca Nacional.