01 agosto 2021

To2.com: Camelot del periodismo digital

Por Francisco Peña.

Editor del Canal de Arte, Cine y Cultura de To2.com.

“No olvidemos / que una vez existió un lugar / que durante un breve pero brillante momento / fue conocido como Camelot”.

En la brisagra del Nuevo Milenio, poco antes y poco después del año 2000 existió To2.com, periódico digital de calidad que iluminó la obscuridad de Internet como un relámpago.

Fue un proyecto pionero, adelantado a su tiempo por más de 15 años, que marcó camino para sitios periodísticos especializados en México. Nacido de la transformación de los foros de Compuserve y después Mexis que lo antecedieron, este portal ofrecía a sus lectores información diaria sin tener un medio televisivo o un diario impreso atrás que lo nutriera de materiales. No era bocina digital que reproducía sino que generaba sus propios artículos, crónicas y escritos mediante una redacción que combinaba jóvenes profesionales con viejos lobos de mar.


Sin idealizar esa redacción, sin un enfoque romántico de sus integrantes, expongo mi enfoque personal de lo que fue trabajar allí entre compañeras y compañeros profesionales de primera línea, aderezado con algunas anécdotas que píntan lo que fue este diario con luces, grises y sombras. A diferencia de algunas narraciones que aparecen aquí, no considero que fue un aprendizaje personal sino la oportunidad que tuvimos todas y todos de madurar, de experimentar y jugar (Homo Ludens, Johan Huizinga) con el medio digital y, así abrir un camino inédito en Internet en el país.

To2.com fue un proyecto que cristalizó por el esfuerzo de su primera directora, Hilda García Villa, respaldado por la inversión de Alonso Carral. Para arrancar el diario en línea, Hilda hizo una cuidadosa selección de mujeres y hombres periodistas, comunicólogos y facilitadores de diálogo con lectores y usuarios. De allí que una buena parte de la redacción llegó de Compuserve / Mexis. Todas las secciones del sitio, nacional, internacional, negocios, ciencia, humor, turismo, niños, estilo, deportes, especiales, entretenimiento, arte y cultura, diseño, opinión y otras más tenían al frente editoras o editores especializados en ese tema, con apoyo de coeditoras, reporteras y reporteros, con Jefas de Información que supervisaban varios canales agrupados.

En el caso de Arte y Cultura (más Cine de Arte y buen cine comercial) que me atañe, en el mejor momento de To2.com el canal tenía una coeditora y dos reporteras: Angélica Ponce, Solange García y Alejandra Martínez, “los Ángeles de Paco” (Peña, editor). Angélica llegó a Arte de la portada del diario, que lideraba Carlos Díaz. Junto a ella trabajaban Lizbeth García y Mariana Fernández. Cuando el sitio creció, las tres quedaron disponibles para integrarse a algún canal. Yo sabía que el oro más puro es el que en apariencia brilla menos, el diamante de más quilates es el que en apariencia no se distingue. Así que me dirigí directo con Angélica y luego de una plática de tres horas, donde terminamos hablando de las diferencias entre el colonialismo español y el inglés/holandés, así como la Guerra Civil de Estados Unidos, aceptó ser mi coeditora. Liz García fue la editora del nuevo canal de Turismo y Mariana fue coeditora de Negocios. Por horas le gané a Joaquín Carral, entonces editor de Ciencia, y Angélica se quedó conmigo.


Siempre he pensado que en un trabajo hay que dar un espacio temático autónomo para que toda trabajadora o trabajador se exprese con libertad y crezca, algo que sienta suyo por afinidad, lo que hará que labore con más satisfacción. En el caso de Angélica era y es la literatura. Mientras yo sacaba especiales de Ernest Hemingway, Guillermo Cabrera Infante y Francis Scott Fitzgerald, ella entrevistaba escritoras y autores mexicanos -entre ellos los de la Generación del Crack que despuntaba-, responsable directa de las relaciones con editoriales y asistía a las presentaciones de libros. Una de sus notas sobre el libro “Desde las montañas del sureste mexicano”, del Subcomandante Marcos (Plaza & Janés, 1999), presentado en conferencia de prensa fue plagiada textual por una reportera de Agencia France Presse (AFP) que no asistió, sin dar crédito. Hilda reclamó airadamente y obtuvo un año gratuito de servicio de esta Agencia como disculpa y para evitar así una posible demanda por plagio.

También ella obtuvo la única nota para México sobre el escándalo de “censura” del film “La Ley de Herodes” (Luis Estrada, 1999). Mientras la prensa nacional estaba en la fiesta (¡salud!), Angélica, una periodista brasileña y un chileno acudían a la función de la cinta en el IV Festival de Cine Francés en Acapulco (noviembre 1999), que se suspendió por “burocracia”. La prensa extranjera, en especial francesa, denunció de inmediato censura. Victoria Abril subió al escenario gritando “Liberté, liberté, liberté”. Finalmente, la cinta se proyectó al día siguiente de la suspensión. El incidente fue motor publicitario que aseguró el éxito comercial de la cinta.


Solange tenía una habilidad innata como reportera. Lo demostró con creces cuando Amores Perros, de Iñarritu, ganó premio en Cannes. Esto se logró por una negociación previa frente a Hilda que ella avaló al final. Entretenimiento peleaba quedarse con el Oscar completo como evento. Acepté si a cambio yo tenía la exclusiva de los festivales europeos: Venecia, Cannes, Berlín y San Sebastián. Con tal de ganar el Oscar, Entretenimiento aceptó. Hilda sólo sonrió socarronamente. Cuando Amores Perros ganó, Entretenimiento se dio cuenta del grave error. Iñarritu, en Cannes, sólo le contestaba a Televisa; entonces Solange tomó la punta de un hilo delgado y después de 18 llamadas localizó en Los Ángeles a Rodrigo Prieto, el cinefotógrafo de la cinta. Gracias a ella To2.com / Arte tuvo la única entrevista exclusiva con él, lo que hizo rabiar a varios medios.


Alejandra tenía una faceta “dark” así que se abrió un subcanal con materiales “darketos” que ella alimentó de forma constante, desde Clan of Xymox a Death can Dance pasando por Sisters of Mercy. A través de ella, se entró a la parte subterránea del tianguis musical de El Chopo para dar a conocer que no todo era rock en ese ambiente. Por ella, las culturas alternativas de adolescentes y jóvenes tuvieron un espacio de expresión en el sitio y se incrementaron los lectores afines al tema.

Innumerables veces Angélica condujo el canal de Arte y Cultura mientras yo cubría la Muestra Internacional de Cine y los estrenos de arte para escribir las críticas correspondientes basadas en Cine de Autor / Director y Narratología Estructuralista. El canal aprovechó para crear “Visiones de…” donde cuatro o cinco personas escribían del mismo film desde distintas aristas: Ojos bien cerrados / Eyes Wide Shut, de Kubrick, se analizó desde el feminismo, relaciones amorosas, Nicole Kidman y Tom Cruise, el resto de la obra de Kubrick, entre otros.

El canal aceptaba con gusto colaboraciones como las del subdirector Arturo Cosme, que publicó extraordinarios textos sobre Jorge Luis Borges y uno brillante, especializado y detallado sobre la obra de Wolfgang Amadeus Mozart, entre otros. Asimismo, se intercambiaban todo tipo de datos con otras secciones como en el caso de Jacobo Bautista, que sostiene a la fecha su columna “Bellas y Fodongas”, o con Pablo Cruz en materia de diseño.

Mientras Hilda García dirigió To2.com nos convertimos en el luminoso Camelot del periodismo digital. Fuimos punta de lanza, referencia de agencias y medios que nos “levantaban” notas y estaban pendientes de nuestras publicaciones (envidia de por medio).

Pero Camelot no duró para siempre. Hilda García tomó una oferta internacional de AOL para trabajar en Estados Unidos e inició allá su brillante carrera en ese país hasta la fecha.

Después de su salida, To2.com se desdibujó, se volvió gris y el equipo se fracturó. Las fronteras entre secciones se borraron y ciertos canales empezaron a invadir a otros en notas y temas. Los canales bajo el cuidado de Felicitas Pliego como Jefa de Información no tuvieron ese problema porque era profesional y los defendió con todo, pero otros si fueron afectados: Ciencia, Estilo y Arte, por ejemplo. Era tal la lucha de poder de facto que se dieron alianzas extrañas en las Juntas de Redacción. Nunca se obstaculizó el periodismo político, pero de pronto se dio la unión retorcida entre un enfoque militante Región 4 de “El Machete” con una jefa de información arquetípica de la joven burguesa, que consideraba su labor cumplida al dar órdenes y largarse a recorrer el mundo externo.

A la fecha, no se sí Estilo comprende que esa persona fue la semilla de dónde partió el problema que afectó ese canal. De pronto, estos canales empezaron a recibir correos y llamadas de supuestos lectores (curiosamente siempre voz de hombre, curiosamente siempre firmas de hombres, pero con una redacción lingüísticamente semejante “como del mismo autor”) que se quejaban de notas específicas, de reporteras o autores por nombre completo. Con base en esas “quejas”, se involucró a personajes de la administración del sitio en el “asunto” que tomaron medidas injustas sin entender lo que ocurría. En las Juntas pasaba lo mismo: humillaciones y regaños a editores y coeditoras de esos canales.

En cada Camelot siempre aparecen estas y estos Mordred dispuestos a destruirla por venganza, envidia y mezquindad. La etapa luminosa de To2.com, igual que Camelot, se apagó para siempre.

Pero no fue ese el final. En esos años reventó la burbuja bursátil de la inversión en Internet. NASDAQ tronó y se perdieron millones de una semana a otra y, al no tener un medio fuerte atrás, quien tenía la propiedad de To2.com buscó venderlo desesperadamente. Lo logró cuando Radio Centro compró el sitio. Pero una de las condiciones fue la reducción brutal de la plantilla laboral. De un día para otro se redujo al 20 por ciento. Sólo quedamos unos cuantos. Poco después de la comida de despedida, entramos a la oficina para ver un gran espacio vacío y sólo tres hileras de escritorios. Las y los que seguimos trabajando en el sitio sufrimos el complejo de culpa de vivir para contarlo, de ser sobrevivientes del hundimiento del Titanic.

Al trasladarnos al edificio de Radio Centro, que compró el sitio por las ventajas fiscales que le daba la Ley por comprar una empresa quebrada, el personal tuvo que manejar tres canales en lugar de uno, prescindir de cualquier material original que no hiciera la propia editora o editor, montar además información de sus radiodifusoras, y no tener una cabeza que supiera de periodismo aunque Felicitas era nuestra líder pero sin poder real. Pero teníamos trabajo y a darle.

En ese último período recuerdo con especial cariño el horario de 19:00 a 20:00 horas en que cerrábamos. Era cuando Sandra Notario lanzaba su sesión de música cubana y me obsequiaba varios chachachás clásicos de Enrique Jorrín. Luz en medio de tinieblas.

Finalmente, cuando Radio Centro tuvo problemas bursátiles propios decidió cerrar el sitio. Se nos avisó un viernes que ya no podríamos ingresar el siguiente lunes. Cada quien hizo su respaldo personal y los últimos en apagar la luz de To2.com para siempre fuimos Liz García, Sandra Notario, yo. Si hay un respaldo de todo To2.com ignoro si existe o dónde está. Sólo quedan pequeños fragmentos personales que cada quien atesora. El mío está en línea en http://filmparadigma.blogspot.com/ Se que una parte de los textos de Miguel Cane está en http://cinevisiones.blogspot.com/ y sus libros se encuentran online.

Pero como ya dije, la experiencia de To2.com hizo madurar a muchas y muchos de mis amigos, es parte relevante de sus carreras profesionales, motivo de orgullo. Viví en esa Camelot con personas entrañables como Gessica, Anilú, Diana O, Yolanda, Liz G, Liz E, Carolina E, Sandra, Mónica Ward, Margarita Piña, Verónica Reynold, Solange, Mariana, Angie, Verónica Lobatón, Elia López, Arturo Cosme, Arturo Sacramento, Miguel Cane, Humberto Pérez, Pedro Bejarano, Andrés Solís, César Arreola, Amado, Jacobo, Juan Ayón, Mario, Monsi, Ricardo Bravo, y last but not the least mi actual editora, Angélica Ponce.

“No olvidemos / que una vez existió un lugar / que durante un breve pero brillante momento / fue conocido como Camelot”.